La enfermedad diarreica es aún un problema importante de salud pública en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo, siendo responsable del 20% de la mortalidad en menores de 5 años. Conoce más de esta condición a continuación.
Se define como
diarrea crónica cuando la eliminación de deposiciones es más fluida, de mayor volumen y mayor frecuencia (más de 3 veces) en relación al patrón habitual, por un período mayor a 1 mes.
La doctora doctora
Mónica González, pediatra y gastroenteróloga infantil de Clínica Las Condes, señala que, si bien en los últimos 10 años los estudios muestran una disminución de la mortalidad global, su incidencia se mantiene igual en 3,2 episodios por niño por año. Uno de los factores que ha contribuido al descenso, tanto en frecuencia como en mortalidad, ha sido la
vacuna del rotavirus.
Tipos de diarrea crónica
En este cuadro se produce una alteración en los procesos de digestión y absorción, donde participa el intestino y sus glándulas anexas (salivales, hígado y páncreas). De esta forma, son varios los
mecanismos que pueden originarla:
- Diarrea osmótica: Una absorción incompleta de agua, electrolitos y/o nutrientes desde el lumen intestinal, lo que genera un poder osmótico que retiene agua y electrolitos.
- Diarrea secretora: Se puede producir por inflamación de la pared intestinal una secreción aumentada de líquido y electrolitos al lumen.
“Además de lo anterior, en la diarrea crónica se puede producir una
alteración en la motilidad (movimientos del tubo digestivo) por desregulación del
sistema nervioso central y autónomo, lo que aumenta la actividad del intestino y empeora la diarrea. Asimismo, la
desnutrición predispone a esta condición y la agrava una vez que se presenta”, explica la pediatra.
La especialista detalla que también la diarrea crónica
se puede clasificar por edad:
1.- En
lactantes:
2.- En
niños de 1 a 3 años:
3.- En escolares y adolescentes:
Síntomas
Debido a su amplio espectro, la sintomatología depende de la enfermedad específica que ocasiona la diarrea crónica.
El síntoma cardinal es la diarrea y debe cumplir con los criterios descritos de la diarrea crónica.
Las deposiciones pueden ser acuosas, oleosas, pastosas, de mal olor ácidas, explosivas o con presencia de restos alimentarios. También puede haber: fiebre, compromiso del estado general, apatía, irritabilidad, palidez,
deshidratación, compromiso de peso y talla,
distensión abdominal, aumento de ruidos abdominales, retraso del desarrollo psicomotor y algún otro síntoma dependiendo de la enfermedad que la provoca.
¿Qué exámenes se deben realizar?
Algunos generales de sangre y orina y otros más específicos como
cultivos de deposiciones para estudio viral, bacteriano y parasitario, además de otros exámenes que se estimen importantes según cada caso.
Tratamiento
El manejo de la diarrea crónica es complejo y depende de qué la produce, entre otros factores. La doctora Mónica González indica que, de manera general, su cuidado debiese incluir:
- Tratamiento dietético: Debe ser lo primero. El régimen inicial debe contener cereales, aceite vegetal y leche normal o yogurt. El segundo paso, si el paciente no mejora, debe ser con dieta libre de lactosa y la energía de las cereales se debe reemplazar por azúcares simples.
“Con lo anterior se logra la mejoría del 80% de los pacientes. Los que fracasan es porque tienen enfermedades agudas asociadas, requieren de antibióticos endovenosos y tienen volúmenes mayores de deposiciones. Los niños desnutridos se deben estabilizar la primera semana y luego rehabilitar”, afirma.
- Uso de probióticos: Estos disminuyen el número de deposiciones y duración de la diarrea crónica.
- La lactancia materna exclusiva y, en menor proporción la mixta, protege al lactante de la diarrea aguda y diarrea crónica los 6 primeros meses de vida; por ello hay que promoverla siendo un elemento esencial de prevención de diarrea y malnutrición asociada a ella.
- Los micronutrientes vit A y Zinc también deben aportarse
- La rehidratación oral con sales de hidratación hiposmolares, que contienen electrolitos y glucosa, disminuyen el volumen y duración de la diarrea crónica. Soluciones como bebidas deportivas o jugos azucarados no están recomendadas por su gran osmolaridad, produciendo un mayor volumen de diarrea.