Si bien este 2020 ha sido particularmente bueno para la salud respiratoria de los niños, es fundamental no suspender sus controles habituales.
El
doctor Ramiro González, pediatra broncopulmonar de Clínica Las Condes, asegura que este año tendieron a desaparecer los cuadros de
laringitis y
bronquitis obstructivas,
asma, incluso las
neumonías; asimismo, hubo pocos casos de
virus sincicial y
otros virus que producen obstrucción como los parainfluenza, rinovirus e influenza en todo el invierno.
“Esto llevó a que muchos niños que se obstruían con frecuencia, que presentaban tos después de correr, como muestra de su
hiperreactividad bronquial, mejoraran tanto que se olvidaran de seguir usando los
inhaladores que sus médicos les habían indicado a permanencia para evitar esas crisis”, indica.
Sin embargo, agrega que “este recreo de los inhaladores puede terminarse; esto en parte porque la primavera nos ha traído mucha
alergia y también porque algunos niños están volviendo al colegio y hay mucha más gente en las calles, lo que puede traer nuevamente contagios de virus. En esta época es habitual el
rinovirus, el que cuando se suma a la alergia gatilla
crisis obstructivas importantes”.
El doctor señala que otro aspecto que hace que el control habitual sea relevante es que algunos niños, que parecen asintomáticos, en realidad no lo están y el médico puede detectarlo.
“Por todo lo anterior, es conveniente que los niños que usaban inhaladores a permanencia se controlen con sus médicos broncopulmonares para que este evalué si pueden seguir sin medicamentos o necesitan un tratamiento mínimo y antialérgicos para evitar recaídas”, sugiere.
Asma: reforzar los cuidados
El especialista señala que es especialmente relevante que aquellos pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, como
asma, no suspendan sus controles y visiten a su pediatra broncopulmonar por lo menos una vez al año.
En el caso de pacientes con antecedentes de hospitalización por asma o episodios frecuentes, estos controles deben ser aún más regulares según lo indique el médico. Además, pueden requerir que estas consultan sean con exámenes de función pulmonar.
El pediatra advierte que, si el tratamiento se interrumpe sin la indicación del doctor, se corre el riesgo de:
- Perder el control del asma.
- Tener crisis.
- Tolerar mal el ejercicio.
- Obstruirse si se resfrían.
Por otro lado, enfatiza que en las vacaciones es especialmente importante mantener el tratamiento, porque los cambios de clima o ambiente pueden afectar al paciente, con consecuencias que pueden volverse complejas sin el control adecuado.