Este tipo de tumores puede producirse directamente en el hueso o por causa de otro cáncer.
Los
tumores óseos son un grupo muy variado de tumores que pueden manifestarse de diferentes maneras. Un
tumor óseo primario se origina en el tejido óseo, pero también puede ser que un cáncer en otro órgano produzca una
metástasis en los huesos, que es lo más frecuente a encontrar en la población mayor de 40 años, explica el doctor
Alexander Tomic, traumatólogo de Clínica Las Condes.
“En el caso de los
tumores primarios con frecuencia son un hallazgo al estudiar un segmento del cuerpo por un motivo independiente, encontrando de forma fortuita el tumor. Por ejemplo, al tomar una radiografía por un esguince de tobillo y encontrarse con un tumor en la tibia”, señala el experto del
Centro de Cadera.
En estos casos el tumor puede no haber presentado
síntomas antes de hacerse el diagnóstico, pero en otros, puede producirse un
aumento de volumen, dolor nocturno o en actividad física, cuando un tumor óseo está en desarrollo.
“En general un dolor que no presenta correlación con un evento traumático o sobrecarga deportiva debe ser estudiado para descartar la presencia de un tumor óseo”, enfatiza el especialista.
Causas de un tumor óseo
Considerando que son un grupo heterogéneo de enfermedades, no se puede atribuir una sola causa. “Muchas de estas lesiones corresponden a alteraciones en el desarrollo sin potencial de malignidad, pero existen aquellas asociadas a una mutación en los núcleos de las células que pueden dar origen a un tumor benigno, y a veces, a un tumor maligno”, dice.
Los tumores malignos originarios del hueso son cánceres infrecuentes, pero que deben ser detectados a tiempo para darles tratamiento efectivo.
El tratamiento de los tumores óseos primarios depende del tipo específico de tumor, y generalmente es una combinación de
quimioterapia y cirugía para extirpar el tumor, intentando preservar las estructuras adyacentes.
“En los casos en que se requiere resecar parcial o totalmente un hueso, se plantean posibilidades de reconstrucción con injertos óseos y/o prótesis del segmento afectado. El objetivo final es realizar una cirugía adecuada para el grado de malignidad del tumor, preservando la mejor función y calidad de vida para el paciente”, cuenta el doctor.