Cálculo renal
El dolor producido por un cálculo renal es uno de los más intensos que puede sufrir el ser humano. ¿Cómo abordar el problema en todas sus etapas?
Debido a alteraciones funcionales alimenticias, aproximadamente el 10% de la población produce cálculos renales. Se trata de piedras de distintos minerales –calcio o ácido úrico– que el organismo intenta eliminar a través de las vías urinarias.
Cuando esto sucede y el cálculo obstruye el paso de la orina desde el riñón a la vejiga, se puede producir un dolor intenso llamado cólico renal.
“Los cálculos renales son la punta del iceberg de una serie de otras enfermedades”, indica el Dr. Ricardo Susaeta Cantín, Urólogo y director del programa de litiasis de Clínica las Condes. “Pueden indicar la presencia de trastornos metabólicos, patologías endocrinas y renales. Todas estas enfermedades deben ser tratadas en forma multidisciplinaria porque además de provocar complicaciones en sí mismas, implican riesgo de condiciones como la osteoporosis y la falla de la función renal”, indica el especialista.
“Muchas veces el diagnóstico se realiza debido a un cólico renal o “dolor de riñones” que lleva al paciente al servicio de urgencia. Dicho dolor ha sido descrito como uno de los más intensos que puede sufrir una persona, pero generalmente logra ser controlado rápidamente en el servicio de urgencias con analgésicos endovenosos. Una vez controlado el dolor, se realizan los exámenes para un diagnóstico preciso. Dependiendo de la ubicación, tamaño y características del cálculo se determina cual es la mejor opción de tratamiento para cada caso” explica el doctor Ricardo Susaeta.
Aquellas personas que se les descubren cálculos en los riñones que no producen síntomas, tienen un 10 a 25% de probabilidades de tener algún episodio de dolor o necesidad de intervención en 1 año y un riesgo acumulativo de 50% de tener algún evento relacionado a esos cálculos en 5 años. Por lo anterior, es importante consultar a un especialista y evaluar la necesidad de realizar algún tratamiento y anticiparse a estos eventos.
- Tomar entre 2,5 a 3 litros de agua al día, pues ésta ayuda a disolver los minerales.
- Consumir carnes rojas en forma equilibrada (150 grs a la semana), pues éstas estimulan la formación de ácido úrico –del cual se pueden originar cálculos– y además, contienen oxalato –también presente en el chocolate y los frutos secos– que puede producir cálculos de oxalato de calcio.
- Ingerir un máximo de 5 gramos de sodio al día, pues el exceso de sodio se elimina con el calcio, lo cual puede contribuir a la formación de cálculos (considera que un pan contiene 1 gr de sal y que en la preparación normal de una comida generalmente se agregan 1,6 gramos de sodio).
- No se aconseja disminuir el consumo de lácteos, porque se continuará eliminando calcio por la orina, y al no proceder de la alimentación, éste comenzará a ser extraído de los huesos, pudiendo causar osteoporosis.