Pese a normativa vigente, se estima que sólo la mitad de los automovilistas que transportan menores usan sistemas de retención infantil.
A partir de marzo de 2017, en Chile todos los menores de 9 años que viajan en un automóvil deben usar -por ley- sistemas de retención infantil apropiados a su edad, talla y peso.
Sin embargo, a más de un año de vigencia de la normativa, sólo la mitad de los niños se trasladaría en sillas de automóvil, según explica el doctor
Sergio Rendich, pediatra e intensivista del Centro de Pacientes Críticos de Clínica Las Condes y presidente del Comité de Seguridad del Niño-Pasajero de la Sociedad Chilena de Pediatría.
“Actualmente sólo un 49% de los niños usa sistema de protección infantil. Y de ese 49%, probablemente el 80% lo usa mal. Por eso es tan importante la información y la educación”, explica el médico. “Tenemos que aprender que el transporte en vehículos motorizados somete a los niños a un riesgo de transferencia de energía muy alta en un choque, equivalente a caer de un cuarto o quinto piso”, puntualiza.
Cuando se produce un siniestro de tránsito, una colisión o un choque, la desaceleración brusca puede hacer que los pasajeros salgan expulsados fuera del auto si no cuentan con cinturones o sistemas de retención. “Las personas que salen eyectadas de un automóvil tienen cinco veces más probabilidades de morir”, recalca el doctor Rendich.
Por tal razón, es muy importante contar con estos dispositivos y emplearlos correctamente. En los niños, se debe utilizar un
sistema de retención infantil, como silla o alzador, hasta que ya pueda usar adecuadamente sólo el cinturón de seguridad. Esto significa que el menor debe ser capaz de sentarse y apoyar toda la espalda y las plantas de los pies al mismo tiempo, mientras que el cinturón tiene que pasar por el hombro -no cerca del cuello-, por el esternón y por las caderas, lo que ocurre cuando el niño mide alrededor de 1,50 metros.
Errores comunes que debes evitar al trasladar a un niño en automóvil
1. Mal uso del alzador o cinturón
El alzador se utiliza para posicionar adecuadamente al pequeño que ya no usa silla, pero que mide menos de 1,50 metros, para que así el cinturón quede bien apoyado en su cuerpo. Sin este dispositivo, el cinturón no es efectivo y, en cambio, puede ser muy dañino.
“Debemos asumir que en un siniestro de tránsito o colisión hay una enorme transferencia de energía al cuerpo del niño; si el cinturón no está bien apoyado y, por ejemplo, se ubica en el cuello, toda la transferencia de energía va a ir hacia esa zona, que no está preparado para eso”, indica el doctor Rendich.
2. Llevar al menor en brazos
Los brazos son el lugar más peligroso para transportar a un niño en un vehículo. Frente a la desaceleración brusca que se produce en una colisión, el peso del menor se multiplica por la velocidad a la que se iba, pudiendo alcanzar los 100 o 200 kilos, y quien lo lleva no lo podrá retener. En esta situación, existe el peligro de salir eyectado fuera del auto por el parabrisas o, en cambio, ser aplastado por los otros ocupantes del vehículo.
3. Usar cinturón compartido con el niño
“Si queremos protegernos, tenemos que usar las leyes de la física a favor”, asegura el doctor Sergio Rendich, y agrega que “en un choque, el menor no va a poder ser retenido por el cinturón y va a salir eyectado”. En un caso así, la transferencia de energía es tan alta que el adulto junto a él tampoco lo va a poder retener y el cinturón estará mal posicionado, produciendo un gran daño.
“Uno debe pensar que un 30% de los adultos terminan con lesiones severas producto del cinturón de seguridad y por la alta transferencia de energía, pero ellos terminan vivos. En un niño, el daño es mayor”, finaliza el pediatra.
El foco debe estar en casa: El 80% de los niños que perdieron la vida en accidentes de tránsito lo hizo en automóviles particulares, mientras que solo el 2,4% iba en transporte escolar.