Tres semanas sin responder llamadas ni mails laborales es lo ideal para lograr recargar nuestro cuerpo y cerebro.
Lo ideal es que el tiempo de desconexión del trabajo y la rutina sea de tres semanas o, al menos, dos. Eso es lo que demora el cuerpo en olvidar los horarios de la rutina y adaptarse al ritmo biológico propio.
“Menos de tres semanas no sirve para que nuestro cuerpo y nuestro cerebro logren recargarse antes de volver al trabajo”, explica la doctora Lina Ortiz, psiquiatra de Clínica Las Condes.
Como se trata de un tiempo para cambiar de aire y salir de la rutina, la recomendación es dejar de lado las llamadas y los correos electrónicos relacionados con el trabajo. Pero como no todas las personas pueden hacerlo, la doctora Ortiz explica que se debe, al menos, intentar hacer una diferencia entre días de vacaciones y días laborales. En lo particular, aclara, no existe “una receta” para lograrlo.
“En general, es necesario que este tiempo sea de mayor descanso. Con pocos días libres destinados al descanso o sólo algunos fines de semana largos no es suficiente, porque no se logra un descanso efectivo y real del cuerpo y de la mente”, explica la especialista.
¿Qué pasa cuando no descansamos?
Al no descansar podemos comenzar con
síntomas claros de estrés con los siguientes signos:
- En el cuerpo: dolor de cabeza, tensión o dolor muscular, dolor de pecho, fatiga, malestar estomacal, problemas de sueño, falta de deseo sexual.
- En el estado de ánimo: ansiedad, inquietud, falta de motivación, irritabilidad o enojo, tristeza o depresión.
- En el comportamiento: comer en exceso o muy poco, explosiones de ira, abuso de drogas, alcohol o tabaco, aislamiento social.
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