En vacaciones deben olvidarse de los libros y cuadernos, pero pueden aplicar lo aprendido a las actividades veraniegas como leer mapas. En cuanto a la alimentación, lo ideal es mantener cuatro comidas diarias.
Al igual que los adultos, el objetivo de las vacaciones para niños y adolescentes es descansar, bajar los niveles de estrés que dejó el período escolar y recuperar energías para el año próximo, dice el psiquiatra del Centro de Adolescentes y Jóvenes de Clínica Las Condes, doctor Elías Arab. Por lo mismo, cuadernos y textos de estudio deben olvidarse durante un tiempo.
Lo que sí pueden hacer en estos meses, es aplicar “inteligentemente” a las actividades de las vacaciones las cosas aprendidas en el colegio, explica el doctor Óscar Fielbaum, jefe del Departamento de Pediatría de Clínica Las Condes.
¿En qué pueden ayudar los niños?
A modo de ejemplo, el doctor Fielbaum explica que los niños pueden ejercitarse a través de simples como:
- Leer el mapa para orientarse en el viaje que realizarán.
- Leer en voz alta las instrucciones de los juegos que se realicen en familia.
- Sacar la cuenta de los kilómetros recorridos o del consumo de combustible.
- Calcular los tiempos de viaje.
Alimentación en verano
En cuanto a los alimentos, cuando están en el colegio, lo habitual es que
al menos tres veces a la semana realicen actividad física o deporte y, durante ese tiempo, las comidas son mucho más ordenadas en contenido y horario.
“En el verano
los niños tienden a subir de peso, porque hacen menos deporte, comen más fuera de los horarios y también ingieren alimentos que tienen más calorías”, resalta la
doctora Stephanie Pinuer, pediatra de Clínica Las Condes.
Por eso, lo ideal es mantener las cuatro comidas:
- Dos alimentaciones lácteas que corresponden al desayuno y once.
- Más dos comidas: almuerzo y cena.
Se puede incluir leche en la tarde y en la cena. En el caso de esta última, no hacerlo más allá de las 21 horas, porque de lo contrario verán su sueño alterado.