El 11 de febrero de 2018 fue trasladado a Santiago después de sufrir un infarto en Arica. Hoy, agradece al equipo de Cardiología y nos cuenta desde Aurillac, su ciudad de residencia, cómo el ejercicio lo ha ayudado en su recuperación.
Bruno estaba de paso en Chile cuando empezó con síntomas de un infarto al corazón. Se encontraba en Arica, junto a su señora, quien oportunamente decidió trasladarlo a Santiago después de su estabilización.
“Cuando supimos de su llegada nos preparamos como equipo, sabíamos que tenía una
lesión residual, así que lo estábamos esperando para realizarle una angioplastia, un procedimiento para abrir los vasos sanguíneos estrechos o bloqueados que llevan sangre al corazón. En su caso, fue a través de un stent en la arteria coronaria izquierda. Bruno llegó por la
Urgencia y Rescate de CLC y fue trasladado inmediatamente a pabellón”, cuenta el
doctor Juan Carlos Venegas, cardiólogo de Clínica Las Condes.
¿Qué es una angioplastia?
Es un procedimiento donde se coloca una guía con un material similar a un alambre con el cual se cruza la lesión que estrecha el vaso sanguíneo y es lo que normalmente se realiza a pacientes que han sufrido un infarto.
“Cuando una persona tiene un infarto, lo que pasa es que hay una obstrucción al flujo de sangre, por lo tanto, se pasa una guía a través de esta lesión para después inflar un balón y poner un stent. Esto hace que la arteria quede absolutamente abierta y tenga menos probabilidad de volver a taparse”, explica el doctor Venegas.
Recuperación de un infarto
Bruno estuvo 4 días hospitalizado y fue dado de alta en buenas condiciones. “Me tocó controlarlo antes de que viajara a Francia y, para lo que le había pasado, se encontraba muy bien”, explica el especialista.
Gracias al tratamiento oportuno, su regreso a Francia fue tranquilo. Sin embargo, tuvo que preocuparse de la deficiencia de oxígeno en la sangre que podría afectarle durante el vuelo. “Para ello, viajé acompañado de un médico y una enfermera. Además, a mi llegada a París, una ambulancia me estaba esperando para llevarme al Hospital de Aurillac, a unos 600 kilómetros”, cuenta Bruno.
A su llegada, los cardiólogos franceses lo examinaron y le dijeron que estaba en óptimas condiciones. “Recuerdo que el primer médico que vi en Aurillac me dijo ‘no podríamos haberlo hecho mejor’, lo que me hizo sentir mucho más tranquilo”, agrega.
“¿Cómo vivir después de un ataque al corazón y con stent? Los doctores de Clínica Las Condes me dijeron “la respuesta no era médica”. Tiempo después participé en un curso de entrenamiento de cardiología, donde entendí que mis límites personales eran mucho más amplios de los que había imaginado. Ahí entendí la respuesta. No era una persona discapacitada. Era una persona lista para reanudar una vida normal.”
— Bruno Bonté.
Cabe mencionar que el sedentarismo y la falta de chequeos periódicos pueden agravar estas situaciones. “Después del infarto me di cuenta que tenía que tomarme en serio mi salud y no descuidarla más. Por eso, haber participado en este curso me ayudó a centrarme en la
actividad física bajo supervisión médica, caminar diariamente, hacer ciclismo interior fijo, gimnasia adaptada, relajación y estiramiento”, enfatiza el francés. A ello, el doctor Venegas agrega que “el ejercicio ha demostrado mejorar la
calidad de vida de los pacientes que han sufrido un infarto, lo que ayuda a disminuir el riesgo de otro evento similar”, dice Bruno.
“Estoy muy agradecido del equipo de Clínica Las Condes que se preocupó por nosotros. Gracias por su buena atención y por hacerme amar aún más la vida. Los recuerdo con cariño, sobre todo de hermosas caminatas en su hermoso Chile, especialmente en la Patagonia”, agrega el paciente.