Aunque sus nombres pueden sonar preocupantes para los padres, es importante saber que estas son algunas de las enfermedades más frecuentes que requieren de cirugía ambulatoria. Por lo tanto, es importante estar preparados y saber cuándo recurrir a un especialista. Sigue leyendo para descubrir más sobre ellas.
Fimosis
Es la
estrechez del prepucio o cuerito del pene que no permite su retracción para que aparezca el glande después de los 4 o 5 años de edad. “El tratamiento de la
fimosis es quirúrgico mediante una
circuncisión, que es la extirpación del prepucio distal estrecho, la que puede ser total o parcial, dependiendo si queda el glande total o parcialmente descubierto”, explica el
Dr. Miguel Guelfand, jefe de cirugía infantil CLC.
La retracción forzada del prepucio con masajes no es recomendable, ya que la piel se puede dañar con pequeñas grietas que, al cicatrizar, reemplazan el tejido elástico por fibrosis, produciendo en algunos casos una estrechez o fimosis adquirida que se puede evitar al dejarla que se desarrolle naturalmente.
Existe también, aunque es menos frecuente, una patología dermatológica que produce una estrechez progresiva en niños más grandes denominada
Balanitis Xerotica Obliterante (BXO). No se conoce con exactitud qué la causa, pero afecta a niños que previamente podían retraer su prepucio en forma normal. El tratamiento en estos casos también es
quirúrgico.
Esta
cirugía se realiza con anestesia general, tiene una duración de 45 minutos y es ambulatoria. No requiere exámenes de sangre previos y solo un ayuno de seis horas. “Por lo general, los pacientes se van de alta al despertar y después de comer algo entre una y dos horas de finalizada la cirugía”, explica el especialista.
Recuperación: Una vez dado de alta, es necesario permanecer en reposo en casa por dos días, especialmente para
evitar algún
traumatismo que provoque sangramiento, única complicación que puede tener este tipo de cirugías. A los
cuatro o cinco días se realiza un
control post operatorio para luego volver a la actividad normal.
Criptorquidia
La
criptorquidia o testículo no descendido es aquel que se encuentra en cualquier lugar del trayecto normal de descenso entre la cavidad abdominal, donde se forma el testículo, hasta la raíz escrotal.
“Al nacer, el
3% de los niños padecen de esta condición, frecuencia que aumenta en los prematuros hasta 30%, debido a que el descenso testicular se completa al final del embarazo. A partir de los tres meses de vida la frecuencia es de un 1%, igual que en niños mayores, lo que implica que, si el testículo no desciende en los primeros tres meses, no lo hará por sí solo después”, comenta el
doctor Manuel Escala, pediatra y cirujano infantil CLC.
En estos casos, la cirugía se hace necesaria, ya que el testículo en posición alta no tendrá un desarrollo normal, llevando a diversos grados de
infertilidad y aumentando la incidencia de
cáncer testicular. Ambas condiciones se minimizan con una
cirugía precoz, es decir, antes del primer año de vida. Además, los testículos altos tienen una mayor incidencia de torsiones y están más expuestos a traumas severos.
El diagnóstico de la criptoquidia se realiza a través de un examen físico y, en algunos casos, se pueden usar exámenes de imágenes como la ecografía.
Al igual que la fimosis, el tratamiento para esta patología es siempre quirúrgico,
idealmente entre los 6 y 12 meses de vida.
La
intervención consiste en una incisión inguinal alta para ubicar el testículo y “separarlo” de sus elementos vecinos, al igual que el cordón espermático. De esta forma se logra una longitud suficiente que le permita al testículo llegar en forma cómoda y sin tensión al fondo escrotal, donde queda fijo en un bolsillo previamente realizado.
También puede suceder que el testículo se encuentre muy alto en el interior de la cavidad abdominal, por lo que no es palpables. En estos casos, la cirugía se realiza con la ayuda de laparoscopia para encontrar y descender el testículo.
Esta intervención se hace en forma ambulatoria y no requiere de exámenes adicionales, solo un ayuno de seis horas. El paciente debe permanecer en reposo en su casa al menos dos días. Si se trata de niños mayores, deben permanecer sin actividad física por dos semanas.
Cirugía infantil en CLC
Gracias a las tecnologías actuales, sumado a equipos de anestesistas especializados en
pediatría, estos procedimientos son seguros y de rápida recuperación.
“Uno de los principales objetivos de realizar cirugías ambulatorias infantiles, es no tener que dejar a los niños hospitalizados y permitir que se vayan a sus casas de manera rápida y satisfactoria durante las primeras horas del post operatorio”, comenta
el doctor Miguel Guelfand.