Durante el desarrollo en el útero, todos los niños y niñas poseen un conducto que comunica el abdomen con la zona inguinal y/o escrotal que debiera cerrarse antes del nacimiento.
Existen ciertos factores que hacen más propensos a algunos niños a padecer
hernia inguinal, como que un padre, madre o hermano hayan tenido una hernia en la edad infantil; prematurez al nacer; sufrir fibrosis quística; displasia congénita de la cadera o testículos no descendidos.
Signos de alerta
Si bien, la hinchazón o bulto de la hernia inguinal puede ser más perceptible cuando el niño llora y puede disminuir cuando se tranquiliza, es muy importante tener claro que el esfuerzo y el llanto no son los que producen las hernias inguinales en los niños, como pudiera creerse.
Lo más común es que en la edad pediátrica las hernias se manifiesten con
molestias o dolor en la zona inguinal. Existe riesgo que el intestino desplazado en el conducto inguinal se estrangule, razón que determina que toda hernia inguinal deba ser operada.
Diagnóstico
La presencia de una hernia inguinal se puede confirmar durante un examen físico. La masa puede aumentar de tamaño al toser, agacharse, levantar algo o hacer un esfuerzo. Ante la duda diagnóstica, una ecografía inguinal resulta de utilidad.
Procedimiento
Durante la operación el niño está bajo anestesia general. Se le realiza una pequeña incisión en la zona de la hernia para así volver a situar el intestino en la cavidad abdominal y cerrar el conducto que está abierto.
Post operatorio
Normalmente es un procedimiento bastante sencillo y en la mayoría de los casos los niños pueden volver a su casa el mismo día de la intervención. No requieren más de 2 ó 3 días de reposo y a la semana retoman sus actividades. Una vez que la hernia está cerrada, es muy improbable que reaparezca.
Cifras
- 1 a 3% de los niños nacidos pueden tener hernia.
- Son más recurrentes en los recién nacidos prematuros, 5%.
- En los hombres son 9 veces más frecuentes que en las niñas.
- Aparecen más en la zona de la ingle derecha que en la izquierda y en ambos.
- 38 % de hernias se descubren en los primeros 6 meses de vida, y al año ya se ha constatado el 50%.
Cómo preparar a tu hijo
Una buena preparación puede ayudar a que tu hijo se sienta menos ansioso por la anestesia y la cirugía y, además, puede llevar a que este se recupere más rápido tras la intervención. “La clave está en dar información adaptada al nivel de comprensión del menor. Afrontan mucho mejor estas situaciones si saben qué es lo que sucederá y por qué es necesario realizarlo”, enfatizan nuestros expertos.
Algunos tips
- Explicar el motivo de la cirugía en un lenguaje simple y no amenazante. No utilizar frases como ‘el doctor te cortará’, ‘te abrirá’ o ‘te coserá con una aguja’.Limitarse a decir que el médico solucionará su problema de salud y que muchos otros niños tienen su mismo mal.
- Explicar que no sentirá dolor durante el procedimiento. Adolescentes y preadolescentes necesitan que les aseguren que no se despertarán durante el procedimiento, pero que sí lo harán más tarde.
- Decirle que permanecerá en la sala de espera durante la cirugía y que estará en la sala de recuperación cuando se despierte.
- Responder todas las preguntas de manera sincera. Si no sabes alguna, asegurarle que consultarás al médico.
- Contarle que puede haber dolor o molestias después de la cirugía, pero que el médico le puede recetar medicamentos que lo ayuden.
- Todo lo que le digas a tu hijo debe ir de acuerdo con lo que el doctor haya dicho. No transmitir ninguna información errónea; puede asustarlo si sucede algo diferente.
- Informarle que es normal que no recuerde nada de la cirugía. Es un aspecto importante de la anestesia general.
Tratamiento
Si tu hijo tiene o sospechas que puede tener hernia inguinal, reserva una hora con nuestros especialistas, quienes lo examinarán y ofrecerán una opción de tratamiento a tu alcance. Hazlo clickeando en nuestro banner de reserva.