Hipospadia es una malformación urológica congénita que afecta a los recién nacidos hombres y debe ser corregida quirúrgicamente para que no afecte la calidad de vida de los niños.
Hipospadia es una
malformación congénita que afecta a 1 de cada 300
recién nacidos hombres. Los niños que nacen con esta patología tienen una anomalía en la
apertura de la uretra (el conducto por donde sale la orina al exterior) en la que esta no se encuentra en la punta del pene, si no que, en alguna parte de su trayecto entre el
periné (suelo pélvico) y el pene.
“Además, se acompaña de una apertura del prepucio, el cual no cierra por delante, algo que llamamos
‘prepucio alado’ y una
incurvación peneana”, explica el doctor
José Manuel Escala,
urólogo infantil de Clínica Las Condes.
Por otro lado, el doctor
Renato Gana, urólogo infantil de Clínica Las Condes , agrega que "en ocasiones, cuando es muy evidente, decimos que está presente la triada clásica. Es decir, el meato está claramente por debajo de la punta, el prepucio está incompleto o alado y el pene incurvado. Sin embargo, también hay niños con el prepucio completo y sólo se descubre la malformación cuando es más grande".
Tipos de hipospadias
El tipo de hipospadias depende del lugar donde se ubique la apertura u orificio de la uretra. Podemos agruparlos en:
- A- Glandar: la apertura se encuentra dentro del glande
- B- Subcoronal o distal: la apertura se encuentra debajo del glande
- C- Media: la apertura se encuentra en el cuerpo del pene
- D- Proximal: la apertura se encuentra en la base del pene
- E- Perineal: la apertura se encuentra detrás del escroto
Esta enfermedad se diagnóstica normalmente durante el examen físico luego del parto y su complejidad depende de que tan alejado se encuentre el
meato urinario (apertura) del glande. También se puede identificar detectando problemas en el
aspecto del pene y principalmente
dificultades al momento de orinar.
Esta malformación debe ser corregida mediante
cirugía, con el fin de garantizar la funcionalidad y aspecto normal del pene del niño y así evitar que impacte en su calidad de vida. “El tratamiento quirúrgico tiene por objetivo mejorar la incurvación y
llevar el conducto al extremo anterior del pene para que el niño pueda orinar en forma normal, de pie, y no tenga dificultad en sus relaciones sexuales futuras. En algunas oportunidades es necesario realizar dos a tres intervenciones para lograr el objetivo”, señalan los especialistas.
La técnica quirúrgica específica que se utiliza depende del tipo de hipospadias y de las características de cada paciente. Entre los factores que influyen se encuentran: el lugar en donde se encuentra el orificio, la calidad de la piel del pene, la anatomía, etc. La cirugía
se realiza idealmente alrededor del año de vida y si llegara a necesitar otra, debe hacerse al menos seis meses después.