Conoce cómo adaptar el ejercicio a tu forma de vida.
El
asma es una enfermedad que provoca inflamación en
las vías respiratorias produciendo dificultad al momento de inhalar y exhalar. Esta patología se diagnostica, principalmente, durante la niñez aunque se puede presentar en cualquier etapa de la vida y tiene una prevalencia en la población de entre un 5% y 7%.
Asma y deporte
La
actividad física es fundamental para lograr una buena salud. Hace algunos años, se creía que el ejercicio tenía un efecto negativo en las personas que sufrían
asma. Pero se ha demostrado que el deporte es
beneficioso y sólo es necesario
adaptar la rutina a las necesidades del paciente.
Así lo explica
el Dr. Gino Fuentes, broncopulmonar, especializado en fisiología pulmonar deportiva CLC. “Si vamos a los beneficios del deporte, se ha visto que el paciente asmático -a diferencia de lo que se creía antes- es favorable para la persona.
El deporte es antinflamatorio para nuestro cuerpo. Como el
asma es una
enfermedad inflamatoria, las personas que hacen deporte y tratan su
asma, van a estar mejor por el simple hecho de hacer
ejercicio físico, por lo tanto, no es que esté contraindicado, está indicado.”
El especialista señala que, si la persona tiene
asma y quiere realizar
deporte, debe
adecuar la carga de ejercicio, es decir, no sobre exigir el cuerpo y también encontrar el tratamiento adecuado según la complejidad de cada caso, con el objetivo de que el paciente asmático lleve una vida normal, como cualquier otra persona.
¿A qué debemos estar atentos?
Muchas personas pueden sufrir
asma y no saberlo ya que, en el día a día, no les genera mayor problema. Pero, al hacer deporte, comienzan a tener diferentes molestias que, sumadas a
factores ambientales, tales como días o
climas fríos, contaminación, entre otros, producen
síntomas, que pueden ser variables en el tiempo, tales como:
- Sensación de opresión en el pecho durante los primeros 10 minutos de ejercicio.
- Silbidos o sibilancias cuando respira.
- Dificultad para respirar que empeora con el ejercicio o la actividad física.
- Tos -con o sin flema- que perdura por varios días.
Ante estos signos, que podrían aparecer cada vez que se hace ejercicio o de vez en cuando, se puede sospechar de asma. En ese caso, la recomendación es consultar a un especialista. “Con la sospecha, el médico
broncopulmonar o el
deportólogo, ordena exámenes específicos para advertir si se trata de
asma. No todo lo que silba es asma, entonces uno siempre debe tener otros diagnósticos diferenciales. Se hace una
evaluación diagnóstica, que en general es sencilla y, una vez con el diagnóstico, hay dos opciones: si los síntomas son frecuentes en el tiempo, probablemente ese paciente requiera una terapia fija pero, si pasa en situaciones puntuales, por ejemplo, cuando asiste a una competencia o cuando entrena en otra ciudad, se puede usar esta terapia de forma preventiva cuando sabemos que el paciente se va a exponer a factores que alteran su estado de salud,” agrega el especialista.
Recomendaciones
- Practicar deportes de baja o mediana intensidad.
- Partir la actividad física de manera gradual.
- Si va a practicar deportes aérobicos de larga duración -como ciclismo o running- es recomendable realizar una evaluación diagnóstica para tratar adecuadamente el asma.
“El mensaje clave es que
el asmático debe y puede llevar una vida normal. Y si lo está limitando la parte respiratoria, debe consultar al especialista para que lo podamos tratar,” concluye el doctor Gino Fuentes.