Sol, viento y las bajas temperaturas pueden dañarla.
Exponerse al sol implica que la radiación ultravioleta que de él proviene afecte la piel y hasta cambie su ADN. Los días fríos y las bajas temperaturas también afectan la cara y las manos, que son las zonas más expuestas porque las deshidrata.
La
doctora Patricia Apt, dermatóloga de Clínica Las Condes, te explica cómo cuidarla frente a estos agresores ambientales.
Siempre, el factor solar
En invierno un
factor de protección solar 15 es suficiente, pero en verano debes aumentarlo a 30. Las personas que tienen patologías inmunológicas están en tratamiento por rosácea o si vas a la nieve, debes aumentar el FPS en invierno.
¿Temperatura del baño? Mejor es el agua tibia
El agua caliente de la ducha también agrede tu piel, por lo que la recomendación –en cualquier época del año- es agua tibia. Las personas que tienen piel sensible o son alérgicos deben evitar los baños muy largos y disminuir la frecuencia del lavado de manos. Ideal es usar sustitutos del jabón (Syndet) y en poca cantidad.
Ojo con los cambios bruscos de temperatura
Salir desde un lugar templado a la calle en días fríos genera que los poros dilatados de tu piel se contraigan rápidamente. Evita estas variaciones de temperatura, sobre todo si tienes rosácea o alguna enfermedad inmunológica.
Sabañones: no al frío ni la humedad
Se llaman eritema pernio y son una inflamación que se produce bajo la piel generando prurito y dolor. ¿Por qué se producen? Aparecen al contacto con el frío y la humedad y afectan principalmente a las manos, dedos, nariz y orejas (piel más expuesta). Para evitarlos, mantén tus extremidades tibias, utiliza guantes, gorros y calcetines
Hidratación
El viento y las bajas temperaturas deshidratan tu piel, por lo debes aplicar cremas y lociones que hidraten tu piel. Más atención debes prestar a manos, cara, cuello y labios. De preferencia, hazlo siempre después del baño cuando tu piel todavía está húmeda.
Labios y ojos bien protegidos
La piel de los labios es más delgada que la del resto del cuerpo, protégela con algún bálsamo con protección solar.
No olvides que los lentes de sol deben ser utilizados en invierno y verano, con días soleados o nublados.
Bebe dos litros de agua al día
En
invierno y verano debes tomar agua para mantener una piel hidratada. No olvides que el 90% de tu piel es agua. El agua ayuda a la elasticidad de la piel y a disminuye las arrugas.