Llegar al embarazo con un estado nutricional normal, baja el riesgo de presentar diabetes.
Las hormonas del
embarazo antagonizan la acción de la
insulina, provocando que los niveles de azúcar en la sangre de las futuras mamás con predisposición aumenten, causando una diabetes que se presenta, por primera vez, en esta etapa: la llamada
diabetes gestacional, que puede tener consecuencias en la salud de la madre y su hijo.
Los especialistas explican que “cualquier grado de alteración de los niveles de azúcar en la sangre que se manifieste o detecte durante el embarazo es considerada diabetes gestacional”, y su diagnóstico se realiza con una prueba a la tolerancia de la glucosa oral (PTGO) a las 24-28 semanas de embarazo.
De acuerdo a la especialista,
las mujeres con antecedente de diabetes en familiares de primer grado tienen más riesgo de presentarla, como también “las que tienen pre diabetes o resistencia a la insulina, las que ha tenido diabetes gestacional en embarazos anteriores y las mujeres que se embarazan con sobrepeso u obesidad”, dice.
Su prevalencia ha aumentado a nivel global, precisamente, junto al aumento de la obesidad, los hábitos sedentarios y a la maternidad a edades más tardías, indica la especialista, pero puede prevenirse, manteniendo un estilo de
vida saludable y llegando al embarazo con un estado nutricional normal.
El
sobrepeso u obesidad aumenta las posibilidades de tener la enfermedad, por lo que se recomienda mantenerse activas y procurar que la ganancia de peso durante el embarazo sea gradual, no exagerada. El control ginecológico regular es clave como el control de los
niveles de azúcar en la sangre.
Si se diagnostica diabetes gestacional, la paciente debe seguir una
dieta en la que se calculen las calorías a consumir de acuerdo a su peso ideal, con una distribución balanceada de lípidos, proteínas e hidratos de carbono.