Enfermedad provoca dolor en el abdomen, malestar general, fatiga crónica, y sensación de pesadez, en especial después de las comidas.
Los
malos hábitos, incluyendo mala alimentación y el
sedentarismo, están provocando que el
hígado graso afecte cada vez a individuos más jóvenes. La enfermedad, que suele ser benigna, se caracteriza por
dolor en la parte superior derecha del abdomen,
malestar general, cansancio, fatiga crónica, pérdida de peso, sensación de pesadez y en algunos casos, ictericia (coloración amarillenta en la piel).
Años atrás, tener el hígado graso era asociado principalmente a personas que consumían alcohol o mayores de 40 años, pero hoy
cada vez son más los jóvenes menores de 30 años que consultan por hígado graso, incluso menores de edad, indica el doctor
Javier Brahm, gastroenterólogo de Clínica Las Condes. “Hoy es común que incluso pediatras diagnostiquen con hígado graso a menores de 14 años”, dice.
La enfermedad no presenta síntomas, indica el especialista, “salvo cuando ya está muy avanzada”, recalca. Muchos sólo se enteran cuando son sometidas a un control de salud.
Según el
gastroenterólogo, es importante que las personas sepan que existe el
hígado graso por alcohol y el
hígado graso por malos hábitos, y que éste último se presenta en gran parte de la población. Por eso es vital que los pacientes acudan a un especialista para determinar el grado de la enfermedad y tratarla a tiempo. “En las etapas iniciales de hígado graso los tratamientos tienen resultados muy buenos”, dice el doctor.
Tanto la
prevención y los tratamientos están relacionados con el
cambio de hábitos a un estilo de vida saludable, que implica seguir una dieta variada y equilibrada, rica en alimentos frescos y saludables, y baja en grasas, además de realizar actividad física. Según el doctor Brahm “se ha demostrado que una reducción del 5% al 10% del peso mejora considerablemente los resultados de los exámenes del hígado graso”.