La mitad de la población adulta tiene intolerancia a la lactosa
La
intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir por completo el azúcar (lactosa) de los lácteos, lo que termina provocando molestias gastrointestinales que van desde náuseas y flatulencia, a la diarrea.
Según indica la doctora
Carolina Figueroa, gastroenteróloga de Clínica Las Condes, no existen estudios poblacionales en Chile, pero se estima que sobre el 50% de los adultos son intolerantes a la lactosa. Su diagnóstico es, en general, clínico, tomando en cuenta los síntomas, que varían entre los pacientes, y pueden incluir náuseas, flatulencia, hinchazón, dolor abdominal y diarrea.
“El
diagnóstico puede ser clínico, es decir, la suspensión completa de los lácteos (lo que puede ser difícil en algunos pacientes) y observar si los síntomas remiten. Otra alternativa es mediante exámenes. Los exámenes pueden ser genéticos (un examen de sangre) endoscópicos (una muestra de duodeno a través de endoscopia) o funcionales (test de aire espirado)”, sostiene la especialista.
¿Hay que reemplazar la leche?
La doctora Figueroa explica que ningún alimento es imprescindible si la alimentación se encuentra en equilibrio en cuanto a proteínas, minerales y aporte energético. “En este sentido, los lácteos son un excelente aporte nutricional y de fácil acceso. Es por esto que se promueve su consumo, especialmente en niños. Si una persona quiere suspender el consumo de lácteos es recomendable asesorarse con un especialista para modificar su dieta y suplementar lo que sea necesario”, dice.
“Las leches vegetales no son un buen reemplazo, ni siquiera la de almendras, que, si bien aporta calcio, pierde mucho en el proceso.”
— Doctora Carolina Figueroa
La intolerancia a la lactosa
no es una enfermedad si no, más bien, una condición, aclara la gastroenteróloga. “En ese sentido se debe considerar que cada paciente es distinto y la cantidad de lactosa que tolera puede ser diferente. En general, se recomienda disminuir el consumo de
lácteos ricos en lactosa como leche líquida, helados, cremas, queso crema, galletitas. Sin embargo, por ejemplo, el queso maduro tiene baja carga de lactosa por lo que se tolera bastante bien”, indica.
En el último tiempo, además, ha aumentado la oferta comercial de
productos sin lactosa lo que también puede ayudar a los intolerantes a mantener el consumo de lácteos, disminuyendo los síntomas, pero también existen fármacos que reemplazan a la enzima lactasa (la que está deficitaria en pacientes con intolerancia a la lactosa) que pueden usarse previo al consumo del lácteo, mejorando su tolerancia.