Se trata de un embarazo desarrollado fuera del útero, y equivale al 1% de los casos, donde la gran mayoría no llega a término.
El
embarazo ectópico ocurre cuando el embrión no llega al útero y se implanta fuera de éste, generalmente en las trompas de Falopio.
Los especialistas explican que la mayoría son
embarazos no viables. “Lo más habitual es que esté en las trompas, pero puede estar en los ovarios. También se ha visto un aumento de embarazos en la cicatriz de una
cesárea, y esto antes no se conocía. Hoy, como han aumentado tanto las cesáreas, se ha visto que se alojen en la cicatriz, lo que es bastante complejo”, señala.
“Este tipo de embarazo se produce, en general, en mujeres que tienen daño en las trompas de Falopio, alteraciones de la ovulación o infertilidad.”
De acuerdo al especialista, hoy el
embarazo tubario (en las trompas) se puede pesquisar tempranamente con
exámenes y ecografías, mientras que, a diferencia de lo que ocurría hace algunos años, existen más opciones de tratamiento que extirparlo de forma quirúrgica, pues se utilizan medicamentos o cirugías lo más conservadoras posible.
En general cuando están ubicados en la trompa se realiza una cirugía laparoscópica, y la trompa se puede extraer o no, aunque al dejarla -si está dañada- puede volver a generar un embarazo ectópico. “Si ves que la otra trompa está bien, es mejor sacar la que generó problemas”, dice el médico.
En los
embarazos abdominales (el 1% de los embarazos ectópicos) algunos tienen viabilidad, pero en el caso de los tubarios, no. Las opciones en este caso son esperar una evolución espontánea, o usar medicamentos y cirugías. En cualquier caso, es una situación de riesgo. “Es tan grave como que en Estados Unidos el 10% de las muertes maternas son por embarazo tubario”, dicen.