Al momento del parto, las mujeres tienen diferentes opciones para finalizar el embarazo. Conoce las ventajas y complicaciones de las alternativas.
Parto natural, parto vaginal y cesárea son los tres
tipos de parto, que dan término a la etapa de gestación, para que se logre el nacimiento. La mujer durante los controles prenatales debe plantear su
proyecto de parto, el que debe ser conversado con su equipo médico.
El
término del embarazo aproximadamente empieza en la semana 37 y termina en la semana 42, contando desde el primer día de la última menstruación. El
trabajo de parto habitualmente comienza cuando la madre está lista para tener a su guagua.
Parto Natural
Los futuros padres, cada vez más apuestan por tener un
parto menos invasivo y con menor intervención de medicamentos y procedimientos clínicos. El doctor
Felipe González Leiva, ginecólogo obstetra de Clínica Las Condes, nos explica,
“no se trata sólo de parir sin anestesia, sino de vivir el parto de la forma más natural posible, lo que implica seguir los
tiempos naturales del parto y que el personal médico esté en una posición expectante, y no activa”.
Como lo comenta el especialista, el método de
parto natural es fisiológico en donde el feto nace a través de los genitales femeninos. En esta alternativa de parto, existe mediación médica para una correcta supervisión, evitando cualquier complicación y posible dolor de la madre o del recién nacido. Puede ser con o sin administración de anestesia, la paciente toma la decisión.
Otro factor importante de un
parto menos intervenido, es el apoyo y participación del padre, lo que contribuye al éxito del
nacimiento espontáneo y el bienestar materno-fetal.
Así lo cuenta el doctor González: “Más allá de la anestesia,
involucra la participación de ambos como pareja activamente tanto en la casa como en la clínica durante el trabajo de parto”, indica. También la participación de "otras mujeres, en su mayoría madres, pueden acompañar durante el embarazo, dando apoyo físico y emocional”.”.
Este método, gradualmente enseña a la madre a mantener bajo control el dolor producido por el trabajo de parto. Para ello es necesaria la preparación desde el primer control. En estas visitas al ginecólogo, él educará a la embarazada para que adquiera hábitos saludables, para que tenga una correcta alimentación, controle su peso, realice actividad física y controles con ambos padres con una matrona, para así
dar término el proceso de gestación con máxima seguridad.
Cada mujer controla de diferente manera el dolor. Caminar durante el trabajo de parto, realizar masajes y técnicas de relajación específicas, pueden ayudar a controlar el malestar. Además de elaborar y mantener un ambiente grato para los padres, con un grupo de personas seleccionadas para entregar apoyo físico y emocional. La madre puede recibir a su hijo en posición ginecológica o agachada para que ocurra el parto de forma vertical, depende de su comodidad.
Pero durante el parto pueden aparecer situaciones que requerirán de una analgesia apropiada, y la ayuda de un anestesista será clave en la solución de eventuales problemas. Porque si bien, se busca que el
nacimiento de la guagua sea de la manera más natural, siempre se debe priorizar la seguridad. “En sí la anestesia no es mala y a veces es incluso necesaria, sin que deje de ser un parto menos intervenido”, dice el doctor.
“Los beneficios de este modelo están demostrados en la literatura médica y consisten en menos uso de anestesia, menos cesáreas, menor uso de medicamentos que estimulen las contracciones, menos partos con fórceps y/o episiotomía, así como una alta satisfacción de parte de las pacientes y sus familias”, enfatiza el doctor.
En Clínica las Condes contamos con modernas instalaciones para atender los partos naturales, conócelas
Parto vaginal
Si la madre presenta señales de parto como contracciones, dolor de espalda, calambres abdominales o pérdida de líquido o sangrado, quiere decir que la guagua está por nacer.
En el
parto vaginal, todos los esfuerzos son para que el feto tenga una salida expedita por la vagina. Anatómicamente el cuerpo femenino cambia de manera progresiva para que esto suceda, pero todo depende de la
etapa de parto vaginal que se encuentre la futura madre, las contracciones que presente, la posición y tamaño del feto.
Tres fases de trabajo de parto vivencia la mujer
Borramiento y dilatación del cuello uterino
En esta etapa el cuello uterino cambia de posición, de consistencia y se dilata, gracias a las contracciones del músculo. Las que habitualmente suceden cada 20 minutos y no provocan dolor. Es por esto, que se elimina un tapón mucoso, lo que indica que pronto comenzará el trabajo de parto.
Si durante una hora, las contracciones tienen una frecuencia de 5 minutos, indica que el cuello del útero se está modificando, y el especialista debe hacer un tacto vaginal para lograr saber si el útero provocó los cambios cervicales hasta borrar el cuello uterino. Porque al finalizar este proceso, comienza la
fase de dilatación.
Las contracciones cada vez son más continuas e intensas, y cuando el cuello logra su punto de dilatación de 10 cm, comienza el trabajo de parto y la cabeza fetal puede pasar y descender por el canal de parto. Este proceso dura aproximadamente entre 6 y 12 horas.
La dilatación continúa y, con ello, las contracciones se pueden tornar dolorosas. En esta etapa es donde el equipo médico evalúa la presencia de anestesia, lo que depende del momento del trabajo de parto que se encuentre la madre.
Posterior a esto, de forma espontánea o por la acción de la matrona o médico, ocurre la rotura de membranas ovulares o bolsa de agua, para realizar el tacto vaginal. Esto ayuda a que la cabeza de la guagua se apoye en el cuello uterino, facilitando su dilatación.
Expulsivo
Cada dos a tres minutos la madre siente contracciones, y a medida que suceden, ella debe aprovechar de pujar, para luego descansar y retomar fuerzas para la próxima que se avecina.
Gracias a este esfuerzo, es que la cabeza del feto logra llegar al canal vaginal y desciende por completo por la serie de movimientos involuntarios que realiza.
Cuando el cuello del útero se dilata totalmente, es que el feto logra salir por completo, puede que el descenso se demore hasta 120 minutos. Una vez que sale la cabeza, la madre debe descansar y dejar de pujar para así comenzar la etapa final del proceso del parto.
Alumbramiento
Posterior a
la expulsión de la placenta y de los anexos ovulares, lo que dura en promedio 10 minutos.
Luego que la guagua logra salir, el útero continúa contrayéndose hasta que
se desprende la placenta, tras lo cual ésta cae y desciende por el canal vaginal. A medida que esto sucede, el equipo médico se encuentra revisando al recién nacido, para informar a la madre de su estado y presentarlo para que se establezca el apego entre padres e hijo. Luego, la guagua es trasladada a la unidad donde será controlado.
Cuando termina de salir la placenta y las membranas ovulares,
el equipo médico procederá a la revisión de la cavidad uterina. Confirmando que esté libre de tejido placentario, para permitir una mejor retracción y reducir el sangramiento postparto.
Finalmente, el médico procederá a realizar una revisión del canal vaginal y del cuello del útero para verificar su estado luego del parto.
Parto por Cesárea
En algunas oportunidades se debe practicar cesárea, pese a que ya se está en trabajo de parto vaginal.
La cesárea es una
cirugía abdominal que se realiza para extraer al feto cuando el parto vaginal representa algún riesgo para la madre o para la guagua, o cuando definitivamente no es posible que nazca por esa vía.
En algunas oportunidades se debe practicar pese a que ya se está en trabajo de parto vaginal.
El
doctor Andrés Pons, gineco-obstetra y médico jefe del
Centro Especializado de Vigilancia Materno Fetal de Clínica Las Condes, explica que habitualmente entre el 30 y el 50% de los partos que ocurren en el país son vía cesárea.
“Las causas del
parto vía cesárea son muchas y algunas de ellas se indican antes de iniciar el trabajo de parto”, señala el especialista. Las
causas más frecuentes por las que se practican esta cirugía, son las
alteraciones de la presentación fetal al término del embarazo (que el feto no esté en posición cefálica o de cabeza), aquellos
casos donde el peso del feto supera los 4.200 gramos, placenta previa,
embarazos múltiples o que la madre haya tenido dos o más cesáreas previas.
Otras veces, aun cuando el trabajo de parto ya se ha iniciado, se debe realizar una cesárea y no el parto vaginal que se esperaba. “Ocurre cuando la dilatación no avanza adecuadamente o los latidos del bebé no toleran bien el esfuerzo del trabajo de parto”, indica el doctor Pons.
Si ya sabes que tu parto será cesáreo, la noche antes de la cirugía debes
ingerir una comida liviana (puede variar según la hora en que esté programada la operación). Las futuras mamás deberán retirar el esmalte de sus uñas antes de la cirugía. También deben planificar el regreso a casa, recordando que los primeros días necesitará ayuda con el recién nacido y con los quehaceres de esta nueva etapa.
Si te indicaron una cesárea para dar a luz, en esta cirugía, el médico anestesista adormecerá parte de tu cuerpo para que relajes la musculatura abdominal e impedir que sientas dolor. Luego tu gineco-obstetra realizará una incisión en la parte baja del abdomen para extraer a tu bebé.
En general, la mujer que tiene una
cesárea debe permanecer unos días más
hospitalizada en comparación con otros tipos de parto. Tras el alta, vuelve a su casa pero debe seguir algunas recomendaciones generales.
Recomendaciones generales post cesárea
- El doctor Pons indica que “el dolor y la distensión abdominal son mayores que en el parto vaginal, por lo que en las primeras horas se requerirá tranquilidad, reposo y alimentación liviana y progresiva”.
- A partir del segundo día, las molestias son menores y se puede ir retomando una actividad más normal. “Sin embargo, durante todo el primer mes se deberán restringir los ejercicios intensos y los esfuerzos excesivos, como levantar peso”, señala el doctor Pons.
- A los siete o diez días del parto, la mujer debe concurrir a control con su médico para controlar su evolución y retirar los puntos si así lo estima el especialista.
- Cuando tu guagua ya cumpla los dos meses, consulta con tu médico para que definan si ya puedes comenzar con una rutina de ejercicios físicos y así recuperar la tonicidad de los músculos de tu abdomen.
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