¿La razón? Pedir más comida chatarra por delivery y cocinar opciones poco saludables. Este 4 de marzo, Día Mundial de la Obesidad, el llamado es tomar conciencia de tener un peso saludable.
Se puede decir que el 2020 fue el año en muchos incursionaron en la cocina con preparaciones ricas, pero altamente calóricas debido a las cuarentenas. Sin embargo, el encierro se prolongó y fueron también varios los que optaron por pedir comida chatarra, trayendo como consecuencia un considerable aumento de peso: 7,5 kilos promedios por persona.
Esta cifra, arrojada por un estudio realizado por la consultora internacional Ipsos, nos posiciona en el quinto lugar de la tabla mundial subiendo un aproximado de 7,5 kilos durante la pandemia, superando el promedio global (6,1 kilos) y estando solo debajo de México (8,5 kg), Arabia Saudita (8 kg), Argentina (7,9 kg) y Perú (7,7 kg).
Consecuencias para la salud y calidad de vida de las personas
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Suele ser el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas.
El doctor
Camilo Boza, cirujano digestivo y jefe del
Centro de Nutrición y Bariátrica de Clínica Las Condes, señala que “la obesidad hoy es la enfermedad que más gasto implica para los sistemas de salud y la que más personas está matando en el mundo”.
Además, agrega que “en ese nivel de obesidad, la dieta y el ejercicio no tienen el mismo efecto, por lo que el único tratamiento efectivo es utilizar alguna de las técnicas que existen de cirugía bariátrica, junto al compromiso de mantener un estilo de vida saludable con el apoyo de un grupo multidisciplinario de especialistas”, señala.
Según el experto, este aumento de peso puede traer importantes consecuencias para la calidad de vida y salud de las personas si es que no se controla. Cabe recordar que un
IMC elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles:
- Enfermedades cardiovasculares, principalmente cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
- Diabetes.
- Trastornos del aparato locomotor, especialmente osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones.
- Algunos cánceres: endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon.
Hábitos que debemos mejorar
“Lamentablemente en nuestro país, tuvimos un importante aumento de peso en este período, lo que es muy preocupante. Muchos subieron alrededor de 7 a 8 kilos. Claramente, el esto tiene relación con el hecho de descompensar nuestra alimentación, el tener más ansiedad, sobre todo con los procesos de estrés que involucró la pandemia”, señala la
nutricionista de Clínica Las Condes, Giselle Muñoz.
La nutricionista agrega que “lo que más cocinaba la gente era pan, mucho pan, entonces no tendían a comer una cantidad pequeña, racional, sino cantidades grandes. Hicieron también mucha pizza casera y otras comidas altamente calóricas. Por todo esto, hoy nos tenemos que concentrar en cambiar nuestros hábitos hacia conductas más saludables y, en caso de ser necesario, consultar a un especialista para llegar a nuestro peso saludable”.
A continuación, dejamos algunas recomendaciones:
- Elige alimentos saludables.
- Baja el consumo de alimentos altos en calorías, azúcares y grasas.
- Evita los distractores a la hora de comer (televisión, celulares, etc).
- Realiza ejercicios 2 a 3 veces a la semana.
- Busca técnicas para el manejo de estrés y ansiedad.
- Lee etiquetas nutricionales para informarte sobre qué comes.
Alternativas quirúrgicas para la obesidad y el sobrepeso
Existen diversas
opciones para tratar y revertir el sobrepeso y la obesidad. Uno de ellos es la cirugía bariátrica, que está orientada a pacientes con obesidad severa (IMC mayor a 35) y mórbida (IMC mayor a 40).
Sin embargo, el doctor Camilo Boza plantea que estos pacientes no son los únicos que pueden tener alguna indicación quirúrgica. Para aquellas personas con un IMC menor (entre 30 y 35), pero que pueden presentar o tener riesgo de padecer algunas enfermedades asociadas al sobrepeso como apnea hipertensión, entre otras, pueden optar a alguna de las siguientes soluciones:
Es una técnica laparoscópica que remueve alrededor del 85% del estómago, dejando un pequeño tubo que permite comer pequeños volúmenes de alimentos. Además, ayuda a reducir el apetito.
Los posibles candidatos para esta operación son aquellos que poseen un IMC mayor a 40 o superior a 35 y que cuentan con una enfermedad asociada, como presión alta, diabetes, apnea del sueño o síndrome metabólico.
se utiliza en pacientes con obesidad leve. Es una técnica mínimamente invasiva en la que se instala un balón dentro del estómago por un periodo limitado de tiempo. Actualmente contamos con dos tipos de balones:
- Endoscópico: Se realiza bajo sedación y puede estar hasta un año antes de su retiro.
- Elipse: Cápsula que se ingiere con agua, sin sedación ni endoscopía, en forma ambulatoria. Se llena con 550 cc de líquido y a los 4 meses se degrada solo y se elimina por el tubo digestivo, con una baja de peso de 10 a 14 kilos.
- Gastroplastía endoscópica
Es un procedimiento que se realiza como tratamiento contra la obesidad a través de la boca reduciendo el volumen gástrico. Es una cirugía mínimamente invasiva, no tiene incisiones y es de rápida recuperación. Se realiza una sutura endoscópica del estómago, reduciendo su volumen alrededor del 50% y su estadía hospitalaria es de 1 día.
Es una técnica mixta que reduce el volumen gástrico y deriva el alimento al intestino, produciendo potentes señales de saciedad e impacto metabólica. Está indicada en pacientes con IMC sobre 40 o en aquellos con reflujo severo. Además, es la técnica de elección, como cirugía metabólica, en pacientes obesos, mal controlados, portadores de Diabetes Mellitus tipo 2.