Eugenia Neira a sus 29 años pesaba 110 kilos, tenía resistencia a la insulina y el hígado graso. Luego de una cirugía bariátrica, en menos de un año, bajó 48 kilos y está fuera del riesgo de padecer diabetes.
En 2012, cuando Eugenia Neira se fue a vivir sola con una amiga dejó de lado sus
hábitos alimenticios. “Ahí me disparé, me desordené, comía una vez al día y pura chanchada”, cuenta. En cinco años comenzó a
subir de peso descontroladamente, de 70 kilos llegó a 110.
Siempre estuvo probando
dietas, hasta que se dejó estar principalmente porque suplía el
estrés con comida. Explica que tal como hay personas que toman alcohol o drogas, ella se satisfacía con comida.
“Me sentía horrible, no conseguía ropa. Acá en Chile no conseguía pantalones, porque no hay tallas para gente gorda. Además, soy muy alta”, recuerda y agrega que no solo era un tema físico.
Su ánimo cambió, se sentía más cansada y “andaba pateando la perra para todos lados”, estaba incómoda con su cuerpo.
Una compañera de su trabajo le dijo y ¿por qué no te operas? Le dio el dato del
doctor Marcos Berry cirujano bariátrico del Centro de Nutrición y Bariátrica de Clínica Las Condes, porque su mamá se había operado con él. En la primera visita no se convenció, porque creía que su problema no era tan grave.
“Vi una foto de mi cumpleaños, el año pasado, fue como, ¿quién es esta persona? No me reconocí. Uno tiene una dimensión en la cabeza y dices ´sí, estoy gorda´, pero nunca me había visto como que no era yo. Estaba con el bichito, pero después de que vi la foto dije ´no, ya está´”, señala.
Cirugía Bariátrica
A la segunda consulta con el doctor Berry, le comentó que su mamá estaba muy preocupada porque la
cirugía bariátrica es de gran envergadura. El especialista le explicó que a sus 29 años era más peligroso no operarse, porque tenía
resistencia a la insulina, el
hígado graso y que si seguía así en cinco años tendría
diabetes.
“No quise ver a otro doctor, para mí fue algo instantáneo. Tuve un
feeling increíble, que es genial. Me dio la confianza. Me explicó todo, cómo iba a ser, las distintas opciones que había y cuál era para mí. Me envío a realizarme una cantidad de exámenes que no te imaginas”, describe Eugenia.
La opción que eligió el doctor Berry para Eugenia fue una
manga gástrica, que consiste en un procedimiento para personas con obesidad severa, en el que se remueve cerca del 85% del estómago.
El paso antes de la cirugía
“El proceso previo a la cirugía fue sorprendente. Vas al doctor y piensas que esto va a ser solo la cirugía, te operan y listo, pero hay todo un equipo atrás. Ahora lo pienso y creo que es lo que hay que hacer. Está la psicóloga, la nutrióloga, la kinesióloga, del
Centro de Nutrición y Bariátrica. Es todo un proceso de en el que te dan el
ok para que te puedas operar y que sigue en el proceso posterior a la cirugía”, comenta.
Para Eugenia el apoyo de un
equipo multidisciplinario es fundamental para el éxito de la cirugía. “El equipo de profesionales te da la confianza para tomar un paso que es un cambio de vida. Me ayudó a reafirmar que la decisión que tomaba era la correcta”, asegura.
El día de la cirugía
Eugenia cuenta que el equipo que se generó en el día de la operación la hizo sentir demasiado cómoda y confiada, por lo que en ningún momento se puso nerviosa. “La estadía acá fue increíble, es súper cómodo. Te sientes realmente cuidada”, señala.
Recuperación
Ya de vuelta en su casa, Eugenia tuvo que asumir que hizo un cambio de vida. A los 30 años empezó a aprender cosas nuevas, como alimentarse sano y a realizar actividad física. Cosas que antes no hacía.
La primera semana bajó mucho de peso, porque no toleraba las papillas. Le comentó a su nutrióloga que no las aguantaba. La doctora le dijo que para qué se estresaba, que no era la primera ni la última paciente que le pasaba esto. Le recomendó suplementos y adelantaron la dieta blanda. “En verdad, en ese sentido tienes muchas preguntas, estás pasando por algo totalmente nuevo y ellos siempre estuvieron ahí, full”, asegura.
Eugenia mostrando los resultados de la operación
Cambio de vida
“Me siento feliz. Yo estaba pesando 110 kilos y ahora peso 62, he bajado casi 48 kilos. Es impresionante y súper rápido. Ahora hago
deporte, estoy súper sana. Soy una persona que come balanceado, que se nota de adentro hacia afuera.
Estoy más feliz, me siento más linda, más segura. Esto te afecta en todos los aspectos de tu vida. En las relaciones con la familia, con los amigos, en el trabajo. Se te nota. Andas con más energía, más feliz. Es un cambio de vida total.
Cuando me miro al espejo es loquísimo. Para mí es volver a lo que era yo, es reconocerme y decir volví”, destaca Eugenia.