Las enfermedades endocrinas pueden afectar el normal desarrollo de niños y niñas, por lo que es fundamental realizar un diagnóstico adecuado y oportuno. ¿Cuáles son los signos de alerta? Conoce más a continuación:
Las
hormonas son esenciales en el control del crecimiento y el adecuado
desarrollo durante la niñez y la pubertad. En este contexto, los endocrinólogos infantiles son los especialistas encargados de estudiar los desórdenes hormonales, hacer el diagnóstico y determinar cuál es el tratamiento adecuado para cada caso en particular.
Si bien, por lo general es el pediatra quien deriva a este especialista, es importante que los padres sepan cuáles son las patologías más comunes y conozcan sus síntomas para consultar a tiempo.
Con la ayuda de la
doctora Verónica Mericq, endocrinóloga infantil de Clínica Las Condes, te contamos cuáles pueden ser las señales de alerta.
1. Desórdenes del crecimiento y desarrollo puberal
Es cuando
el desarrollo se adelanta, por distintas razones, pudiendo producir efectos físicos y psicológicos en los menores. En las
niñas el inicio normal de la pubertad es
a partir de los ocho años, donde el primer signo habitualmente es la telarquia o aparición del botón mamario. En el caso de los
niños, este proceso
suele iniciarse a los nueve años, con el crecimiento de los testículos. Generalmente la aparición de vello pubiano es posterior a estos eventos.
La
pubertad precoz es un fenómeno mucho más frecuente en mujeres que en hombres y, en ellas, el 90% de los casos se debe a causas de origen desconocido y sólo el 10% a causas que podemos reconocer. Algunas de estas son la exposición a sustancias con actividad similar a nuestras hormonas sexuales (estrógenos), como uso de champú o cremas con estrógenos o lavanda; causas de origen del sistema nervioso central como tumores de hipófisis; o quistes o tumores ováricos que pueden presentarse en etapas precoces de la vida.
En los hombres, en cambio, cuando se presenta este fenómeno siempre hay que sospechar una patología de base como tumores en el hipotálamo, hipófisis, glándula suprarrenal o testículos. Por este motivo, cada caso debe ser estudiado en forma cuidadosa.
2. Hirsutismo y acné de origen hormonal
Durante la pubertad comienza un aumento en la
producción y secreción de hormonas por parte del ovario y la glándula suprarrenal, por lo que el aumento de grasitud y
acné pueden ser parte de esta maduración hormonal normal en este período.
En ocasiones, cuando no hay una regulación adecuada en la producción de estas hormonas, existen antecedentes familiares de algunas enfermedades como
síndrome de ovario poliquístico o
hiperplasia suprarrenal congénita o se sufre de obesidad, puede producirse un exceso de vello asociado también a
un aumento del acné y a alteraciones en los ciclos menstruales.
El
hirsutismo es la
presencia de vello oscuro y grueso en una ubicación en la que habitualmente no debiera estar. Entre los signos clínicos más evidentes está la presencia de vello grueso y oscuro en las zonas del bigote y mentón, el pecho, el abdomen, los glúteos y la zona más alta de brazos y piernas.
En estos casos, hacer un diagnóstico oportuno y un tratamiento precoz es fundamental, ya que la adolescencia es una etapa muy vulnerable, lo que puede llevar al aislamiento de los pares o rehusar invitaciones por vergüenza o temor al rechazo.
El acné es una afección inflamatoria crónica, de origen hormonal, que afecta casi al 100% de los jóvenes.
Sin embargo, hay casos más severos con
presencia de nódulos y cicatrices que deben ser estudiados para descartar patologías como ovario poliquístico u otras alteraciones endocrinas.
3. Desórdenes menstruales
Es importante saber que lo esperado es que la
primera menstruación -o menarquia- se produzca aproximadamente a los dos a tres años después de la aparición del botón mamario, lo que sucede
habitualmente entre los 11 y los 13 años, aunque se considera normal entre los 10 y 15 años.
Es necesario consultar con un especialista si:
- La primera menstruación ocurre antes de los 10 años.
- Si no ocurre a los 13 años y no hay signos de desarrollo puberal.
- Si no ocurre a los 14 y hay signos de hirsutismo, de algún desorden alimentario o de alguna anomalía en la zona genital.
- Si una menor todavía no tiene su primera menstruación a los 15 años.
- Después de su primera menstruación, deja de tenerla por un período de más de tres meses, en especial si ha sido regular durante dos años.
- Cuando la menstruación no llega después de tres años de haber aparecido el botón mamario.
- Dura más de 7 días o el flujo demasiado abundante, por lo que es necesario cambiar el tampón o la toallita cada una o dos horas.
4. Alteraciones tiroideas
Si bien este problema es más común en adultos, los niños también se pueden ver afectados por este tipo de patologías.
El
hipotiroidismo se produce cuando la glándula tiroidea presenta problemas en su funcionamiento, se vuelve más lenta y comienza a producir menor cantidad de hormonas tiroideas. Algunos de los signos que pueden ser sospechosos son
cansancio, caída del pelo, estreñimiento y piel seca, entre otros.
En el
hipertiroidismo, en cambio, hay un exceso de hormonas, lo que acelera las funciones de los órganos. Por lo general, son
niños muy inquietos o activos, y pueden presentar problemas para dormir.
5. Diabetes mellitus e insípida
La que más afecta a la población infantil es la
diabetes mellitus tipo 1, caracterizada porque el páncreas no es capaz de producir suficiente insulina, que es la hormona que ayuda a transformar el azúcar (glucosa) de los alimentos en energía para el organismo. Como consecuencia, ese nivel de glucosa en sangre aumenta, lo que se denomina hiperglucemia y resulta perjudicial para el organismo si no se corrige a tiempo.
Principales síntomas:
- Sed excesiva (polidipsia).
- Orinar con demasiada frecuencia (poliuria).
- Mojar la cama por la noche (nicturia).
- Pérdida repentina de peso, incluso comiendo normal o más de lo habitual.
- Hambre constante (polifagia).
- Debilidad física y cansancio.
- -Irritabilidad en niños pequeños.
- Náuseas y vómitos.
- Visión borrosa.
- Aliento con olor dulce o extraño (como a manzana).
- Infección por hongos.
- Calambres musculares
La
diabetes insípida se caracteriza por orinar en forma abundante y tomar mucho líquido. En estos casos falta la hormona que concentra la orina (ADH) o ésta no puede actuar, aunque la glucemia está normal.
Principales síntomas:
- Sed extrema.
- Grandes cantidades de orina diluida.
- Necesidad frecuente de levantarse para orinar en la noche.
- Preferencia de bebidas frías.