“Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea”. Esa es la definición de “odio” que entrega la Real Academia Española (RAE), un concepto que hoy también está presente y aumentando en las redes sociales a través de agresiones verbales, comentarios violentos e incluso, amenazas.
Es que ya se ha vuelto habitual que los posteos en redes sociales se transformen en objeto de duras críticas de parte de quienes leen estos textos. Incluso, hay algunos usuarios que se dedican a eso, tanto así que se creó un término para referirse a ellos: “haters” u odiosos.
Se trata de un fenómeno que siempre ha existido pero que puede afectar a los usuarios que son víctimas de estas
“odiosidades”.
Paulina Lucherini, psicóloga de Clínica Las Condes, señala que estas conductas de odio y desprecio en redes sociales se han incrementado durante el periodo de pandemia.
¿La razón? A juicio de la especialista, en este último tiempo, debido al aislamiento y probablemente porque no podemos regularnos con otros, conversando con otros lo que le ocurre a cada uno. “Eso ha hecho aumentar la emisión de las expresiones, conductas depresivas o ansiosas”.
Lo ideal, es no prestar atención a lo que “alguien” pueda decirnos a través de las redes sociales, pero lamentablemente existen personas a las que sí les afecta y mucho. Principalmente porque hoy estamos ultra conectados y ante este tipo de
comentarios, nos sentimos expuesto y aunque no sepamos quiénes nos, lo que digan nos importa y afecta.
“Es complicado no tener conciencia de lo delicado que puede ser el comentario de una persona, y como esto es en un mundo totalmente conectado puede afectar totalmente. En eso necesitamos colocar más apoyo, más comprensión, más cercanías de las que tenemos para no sentirnos desconfiados y no emitir prejuicios”, expresó la psicóloga.
¿Cómo hacerlo? La clave está en fortalecer los vínculos con las personas cercanas, sean éstas seguidores (‘followers’), familiares y amigos. “Es por eso que necesitamos más apoyo, más contención, más cercanía con los seres queridos para no sentirnos desconfiados y no emitir juicios de valor hacia otros, sin conocerlos. Es clave también el autocontrol, tanto para publicar como para responder”, señala.