Si bien puede ser común durante las primeras semanas de clases, es importante conocer qué acciones pueden tomar los padres para lograr un buen inicio del año escolar.
Durante las
primeras semanas de clases, es normal que los niños no quieran regresar al
colegio. Para algunos podría resultar difícil el cambio asociado a los
horarios,
rutinas y estructuras que implican el periodo escolar. Además, deben retomar ciertos hábitos que durante las
vacaciones dejan de lado.
Pero cuando esta
negativa del niño a asistir a clases sucede habitualmente, es importante detectar qué puede estar ocurriendo. El
equipo de psicólogas infanto-juveniles de CLC, explican que dependiendo de la edad de los niños/as, se podrían esperar ciertos
cambios de actitud en la medida que se acerca la fecha de
ingreso a clases.
“Principalmente se podría observar un
comportamiento irritable o
ansioso, además de ciertas conductas regresivas y
aumento de la dependencia a los adultos significativos. Asimismo, el despliegue de verbalizaciones asociadas a su
desacuerdo o preocupación por regresar al colegio, o cambios en sus rutinas básicas. En casos de mayor gravedad, se podría esperar la aparición de
pesadillas y/o
terrores nocturnos. En algunos casos, en niños más pequeños, podemos observar juegos en los que se incorporan
dinámicas asociadas al sistema escolar, como representar el retorno a clases y la interacción con compañeros o profesores, con una connotación negativa o conflictiva”.
¿A qué señales debemos estar atentos?
Cuando las rutinas más básicas como el
sueño o la
alimentación se alteran de una manera considerable, es necesario que los adultos estén atentos, porque podría implicar una dificultad afectiva mayor para ese niño o niña. Las especialistas indican que se debe poner atención a la
frecuencia e intensidad de las manifestaciones de negativa de retornar a clases y cuando estos episodios no ceden a la contención familiar y se tornan repetitivos por medio de pataletas y/o conductas desreguladas en niños mayores.
La buena comunicación con el niño es clave
Es fundamental
validar siempre las emociones de los niños, dando cabida a la
expresión y
contención de aquellas emociones que puedan resultar más displacenteras como el miedo, el enojo y la tristeza. El equipo de psicólogas infanto-juveniles señala que mantener los canales de comunicaciones abiertos para que los niños/as sientan confianza en los adultos y anticipar una actitud de escucha y contención es de suma importancia.
“De esta forma, se facilita el que los niños/as puedan
verbalizar los motivos de su reticencia a
retornar a clases. Esto les permitirá transitar por sus emociones de una manera saludable y va a facilitar a padres e hijos/as desplegar soluciones o alternativas de
abordaje. Un buen abordaje incluye la
mantención de las rutinas y favorecer la anticipación de los eventos asociados a la vuelta al colegio, como por ejemplo incorporar al niño/a en la
elección de sus útiles escolares (mochilas, cuadernos, lápices, etc.), motivarlo para la
adquisición de un nuevo uniforme. Se recomienda
relevar aquellos aspectos del entorno escolar que han sido validados positivamente por el niño/a anteriormente, como el
reencuentro con sus amigos o profesores cercanos, actividades extracurriculares, etc.”
Una buena estrategia es hablar con el profesor o profesora jefe, a fin de favorecer la observación, monitoreo y contención desde el establecimiento educacional.
¿Cuándo debo recurrir a un especialista?
Si los adultos cuidadores sienten que la situación escapa a sus posibilidades de abordaje y las estrategias anteriores no dan los resultados esperados, siempre es recomendable consultar con un especialista que pueda orientarles y ayudarles a resolver de una manera respetuosa esa dificultad.
Consejos para padres e hijos
- Mantener abiertos los espacios de comunicación entre padres/madres e hijos/as, entendiendo la comunicación no solamente como una instancia de diálogo verbal, sino que también estar atentos a la comunicación no verbal que pueden manifestar los niños a través de sus actitudes, cambios en rutinas, formas de hacer las cosas, etc.
- Enfatizar el lado positivo de la vuelta a clases y a aquellos logros que el niño/a exhiba en el proceso de adaptación.
- Hacer a los hijos/as partícipes de la preparación de su ingreso al colegio, por ejemplo, en la elección de útiles o uniforme escolar para que se sientan a gusto con ello.
- Trabajar en la recuperación de ciertas rutinas del año escolar, como retomar horarios de la rutina del sueño, desde algunos días previos del ingreso a clases.