¿Por qué me siento triste cuando debería ser el momento más feliz de mi vida? Esta sensación es más común de lo que muchas madres creen y puede estar asociada a los llamados baby blues o depresión postparto. Descubre cómo se diferencian y su tratamiento.
El parto y nacimiento del bebé son sin duda, momentos intensos que desencadenan un sinfín de emociones en la madre, pudiendo afectar
su estado de ánimo y hasta su
salud mental.
En este contexto, la
Dra. Maritza Herrera, psiquiatra de CLC nos explica qué es lo que pasa con una mujer luego de dar a luz: “después del nacimiento del bebé, una mujer está sujeta a muchos cambios hormonales, a un
estresor sicológico a veces autoimpuesto desde las exigencias que ella se pone pensando en cómo va a cumplir el rol de mamá, sin contar la presión social que la mujer siente para tener unas rutinas sanas, educar y cuidar muy bien a su hijo y más aún, si es la primera experiencia, hay muchas inseguridades alrededor de ella. A medida que se va dando el proceso de adaptación a la
maternidad, principalmente en la primera etapa, ocurre que pueden llegar
síntomas depresivos y a veces también ansiosos que condicionan mucho el bienestar de la madre y, por ende, el del bebé”.
Diferencias entre baby blues y depresión postparto
Muchas personas suelen confundir estos dos términos, ya que en ambos casos se presentan síntomas como ansiedad, tristeza y cambios de humor, entre otros.
Sin embargo, la especialista señala que la mayor diferencia entre baby blues y
depresión postparto es la duración, evolución y tratamiento de estos. “El
baby blues suele aparecer a partir del cuarto día luego del nacimiento del bebé. Se presentan síntomas depresivos leves como
tristeza,
labilidad emocional,
angustia y
llanto, que pueden surgir en momentos del día y durar entre minutos y horas. Por lo general, los síntomas tienden a disminuir a las dos semanas posteriores al parto. Cuando estamos ante una
depresión postparto lo que evidenciamos es que estos síntomas son de mayor intensidad, tienden a aumentar todo el tiempo, además pueden presentarse durante el embarazo y el primer año de vida del bebé y generan una situación que limita el adecuado funcionamiento de la madre”.
Factores de riesgo
Si bien los baby blues y la depresión post parto son diferentes, hay factores que en ambos casos pueden incidir en su aparición, tales como:
- Episodios previos de depresión.
- Antecedentes de depresión postparto.
- Embarazo de alto riesgo.
- Complicaciones obstétricas o parto traumático.
- Problemas con familiares o de pareja.
Tratamiento
La presión social y autoexigencia a la nueva madre genera un cuadro de ansiedad y estrés en ella debido a que muchas veces se idealiza la maternidad,
lactancia y crianza, generando altas expectativas que no siempre se cumplen, por lo que es fundamental estar
atentos a los síntomas y
acudir a un especialista si estos no desaparecen dentro de las primeras semanas.
En el caso de
baby blues, como tiende disminuir con el paso de los días, no necesita tratamiento farmacológico, no quiere decir que la madre necesite menos apoyo, empatía y contención. “Si una mujer que empieza a presentar estos síntomas leves no recibe el adecuado acompañamiento de su familia, pareja, o amigos va a poder pasar de un baby blues a una depresión postparto”, agrega la Dra. Herrera.
En la
depresión postparto el tratamiento se debe realizar con
intervenciones farmacológicas y/o psicoterapéuticas, como explica a continuación la doctora: “la depresión postparto es una enfermedad de salud mental que no depende solo de la voluntad y del positivismo que la mamá quiera poner. Se ha demostrado que hay un sustento biológico, un cambio en la sustancia bioquímica del cerebro, que sujetos a una intervención farmacológica va a permitir que una mujer que está en uno de los periodos más lindos de la vida los pueda disfrutar de una manera auténtica y no solo fingir estar bien antes sus propias autoexigencias y las exigencias sociales”.
¿Cómo podemos ayudar?
- Escucha activa, sin que la madre se sienta juzgada por sus sentimientos.
- Generar una red de apoyo y ayuda.
- Propiciar tiempos de descanso para la madre.
- Empatía.
- Buscar tratamiento oportunamente.