El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones amenazantes, y se desencadena por diferentes factores, sin embargo, existen técnicas para poder manejarlo y que la vida cotidiana no se vea afectada.
Desde el departamento de
Psiquiatría de Clínica Las Condes, señalan que cuando el estrés “se vuelve crónico o lo experimentamos con frecuencia, puede tener efectos negativos en nuestra salud tanto física como mental, abrumándonos y afectando nuestra calidad de vida”.
Estrategia para el manejo del estrés
- Identificar los estresores
Para manejar el estrés, la persona debe identificar las fuentes que lo desencadenan (estudios, trabajo, relaciones interpersonales o cualquier otra situación que nos resulte demandante), ya que eso permite abordarlas de una manera efectiva.
- Practicar técnicas de relajación
Una de las técnicas más usadas es la de
relajación mediante la respiración controlada, la cual no requiere uso de materiales ni espacios físicos específicos. Para su práctica, se aconsejan los siguientes pasos:
- Inhalar de manera calmada, contando hasta cuatro.
- Mantener el aire mientras contamos de nuevo hasta cuatro.
- Exhalar liberando el aire por la boca lentamente hasta llegar a cinco o seis segundos.
Este proceso se repite dos o tres veces para poder bajar el nivel de activación física y así calmar el organismo y la mente. De manera progresiva se pueden ir ampliando los tiempos de inhalación, retención y exhalación, para que estos sean más pausados y profundos.
Para realizar esta técnica la persona puede estar acostada o sentada, con una mano en el pecho y otra en el abdomen. Este método de relajación tiene la ventaja de poder aplicarse en contextos y situaciones diversas, como por ejemplo antes de una reunión importante o una prueba.
Otra técnica de relajación es la
visualización, que consiste en que la persona ve imágenes mentales que la trasladan a un lugar o situación tranquila y placentera. En el caso de imaginar una playa, la idea es pensar en el sonido de las olas y el calor del sol en la piel. Para esto el individuo puede cerrar los ojos, estar sentado o en una posición que le resulte cómoda en un lugar tranquilo, concentrarse en la respiración y en el momento presente.
- Mantener un estilo de vida saludable
Se recomienda a la persona llevar una alimentación consciente y equilibrada, además de la práctica regular de ejercicio y una correcta higiene del sueño (evitar el uso de pantallas cerca de la hora de dormir, no automedicarse, procurar un ambiente silencioso y con temperatura agradable, entre otros).
- Contar con redes de apoyo y establecer hábitos de autocuidado
Compartir las preocupaciones con familiares y amigos puede brindar a la persona diferentes perspectivas. Además, cultivar relaciones sanas brinda un sentido de pertenencia que puede disminuir el estrés.
Asimismo, dedicar tiempo y espacio para el autocuidado, permite a la persona recargar energías y enfrentar los desafíos con mayor resiliencia. Esto consiste en la
práctica de hobbies, escuchar música, leer o cualquier otra actividad que brinde placer y relajación.