Son menos frecuentes que en la adultez y en general, son por alguna anomalía congénita.
Los
trasplantes renales en niños son mucho menos frecuentes que en los adultos, de acuerdo a la doctora
Viola Pinto, nefróloga de Clínica Las Condes, los menores de 18 años que reciben un trasplante representan aproximadamente 15% del total de trasplantes que se realizan anualmente en el país. “Sin embargo, cada vez acceden más pacientes y grupos de menor edad a esta
terapia de sustitución de la función del riñón”, señala.
Causas: a diferencia de los adultos, la principal causa que lleva al trasplante infantil son las anomalías congénitas o estructurales de los riñones o la vía urinaria (CAKUT, sigla en inglés), que constituyen un 53% de todas las causas en pacientes chilenos. Le siguen las glomerulopatías (enfermedades del riñón propiamente tal), con 13%, donde destaca la GEFS (glomeruloesclerosis focal y segmentaria con un 8%), las enfermedades hereditarias y las vasculares (9%), entre estas últimas, el Síndrome Hemolítico Urémico alcanza un 7%, dice la doctora.
Requerimientos del órgano donado: puede provenir de un
donante vivo relacionado (padre, madre, abuelos, tíos o hermanos mayores de edad), que tengan compatibilidad de grupo sanguíneo, y cuyo estudio haya demostrado que están sanos. También puede ser un donante fallecido –lo ideal es que sea menor de 50 años-, cuyos análisis demuestren que tiene una función renal adecuada y no tenga una infección activa o una neoplasia. Los tiempos de isquemia (hora que transcurre entre la nefrectomía y la unión a los vasos sanguíneos del receptor) no debe ser mayor a 30 horas.
Tiempo en diálisis: lo ideal es que reciban un trasplante renal anticipado es decir, sin necesidad de diálisis previa. “Esto se logra cuando uno conoce
desde pequeño al paciente, particularmente en las anomalías congénitas de la vía urinaria y le hace controles periódicos, que permiten estar atentos al deterioro de la función renal para definir el momento en que necesita el trasplante renal”, indica.
No siempre se puede evitar la
diálisis, pues depende de la edad en que se presenta la
falla renal terminal y/o de la enfermedad que la cause. “Lo ideal es dializar el menor tiempo posible. En promedio en Chile, los niños están alrededor de 12 -24 meses en diálisis, antes del trasplante. Pero en el caso de niños pequeños, a veces necesitan permanecer más tiempo, hasta lograr un peso mínimo, que es de aproximadamente 10 kilos, que es lo que en general se requiere para optar a un trasplante”, dice la especialista.