Se puede producir cuando la sangre no llega al hueso.
La
necrosis es la muerte de las células y tejidos de una zona determinada, y en la cadera puede producirse la
necrosis avascular, por ejemplo, cuando una enfermedad o lesión impiden que la sangre llegue libremente a un hueso.
Ante esa situación, las células del hueso comienzan a morir, el hueso se atrofia, el cartílago comienza a deteriorarse, provocando dolor: situación que hace sospechar que estamos frente a una necrosis avascular.
El doctor
Joaquín Lara, traumatólogo del Centro de Cadera de Clínica Las Condes, explica que la cadera está compuesta por una bolita y una cavidad. Dicha bolita se mueve dentro de la cavidad y con ello el funcionamiento es perfecto. “Sin embargo, algunos pacientes desarrollan necrosis, cuando de alguna forma la bolita deja de recibir irrigación. La sangre que la mantiene vital por unas pequeñas arterias se bloquea y hace que ocurra este proceso de necrosis, de compromiso de la bolita”, agrega el especialista.
Normalmente, se produce entre
los 30 y los 60 años, aunque puede aparecer en cualquier etapa de la vida. Por otro lado, puede empeorar con el tiempo, por lo que hay que evaluarla y tratarla de forma precoz.
“Hay procedimientos que se pueden realizar. Desde levemente invasivos a completamente invasivos, como el
reemplazo de la articulación por prótesis total. Es un tratamiento que, al ser bien realizado, la duración se prolonga en el tiempo”, asegura.
Ante la preocupación de algunos pacientes por someterse a una cirugía para instalar una
prótesis, el doctor señala que consiste en un tratamiento que tiene muy buenos resultados y a largo plazo. “Muchas veces los pacientes se han acostumbrado a decir que la prótesis dura sólo 10 años y la verdad es que, con los avances tecnológicos, nuevos diseños, tienen sobrevidas mucho más largas. A 20 años el 85% a 90% de las prótesis está en buenas condiciones”, señala.