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pareja abrigados tomando café

Aprende a reconocer los virus de invierno en niños y adultos

14 de junio, 2022 Urgencia
Diferenciar los distintos virus que tienen su alza en esta época del año es importante, pues te ayudará a saber cómo actuar en cada caso.

Junto con los días más fríos y otoñales, aparecen también los virus de invierno que afectan a toda la población, pero pueden complicarse en los grupos más vulnerables como lactantes, adultos mayores y quienes sufren de alguna comorbilidad. “El frío favorece el hacinamiento y crea ciertas condiciones que facilitan la propagación de los virus; por ejemplo, nos hace estar en lugares cerrados sin una ventilación adecuada, lo que nos predispone a contagiarnos fácilmente”, dice el doctor Francisco Marino, urgenciólogo pediátrico y jefe técnico de la Urgencia Pediátrica de CLC.

Además, es importante saber que la principal forma de contagio de los virus es a través de las secreciones respiratorias al hablar, toser o estornudar, pero también se pueden transmitir al tocar objetos y superficies contaminadas, llevándonos posteriormente las manos a nuestra cara y vía respiratoria. Por eso, es fundamental el lavado de manos frecuente, el uso de mascarilla y la ventilación de los espacios comunes.

En este contexto, es importante conocer cuáles son los principales síntomas, cuándo consultar con un especialista y en qué casos se recomienda la vacunación.

COVID-19

Es una enfermedad viral, que en algunos casos puede provocar infección respiratoria aguda grave con consecuencias fatales.

Los síntomas principales pueden ser:
 
  • Fiebre alta.
  • Tos seca.
  • Dolores musculares.
  • Dolor de cabeza.
  • Dificultad para respirar.

Es altamente contagioso y de rápida propagación. La población de mayor riesgo para una evolución complicada son las personas mayores de 65 años y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como obesidad, hipertensión arterial, diabetes y otras patologías crónicas.

PIMS: en el caso de los niños, un pequeño porcentaje de quienes han estado contagiados o expuestos a COVID-19 puede presentar un cuadro conocido como Síndrome Inflamatorio Multisistémico o PIMS (por sus siglas en inglés). Este afecta a niños de edades variables, manifestándose usualmente entre 2 a 6 semanas después del contagio o exposición al virus.

Los principales síntomas asociados a este cuadro son:
 
  • Fiebre.
  • Síntomas digestivos como: vómitos, diarrea o dolor abdominal intenso.
  • Cambio de coloración o manchas en la piel.
  • Inflamación de mucosas como boca.
  • Ojo rojo.
  • Compromiso del estado general.

El diagnóstico precoz y tratamiento oportuno son fundamentales para evitar complicaciones.

Influenza

Es un virus que puede producir una enfermedad respiratoria aguda, a veces grave, que tiene comportamiento de epidemia anual estacional. Se caracteriza por iniciarse de manera súbita, con síntomas como fiebre, dolor de todo el cuerpo (mialgias) y habitualmente dolor de cabeza. La diferencia con los resfríos comunes es que con la influenza todos los síntomas son más intensos y la fiebre es alta.

La enfermedad por lo general mejora después de unos días. Sin embargo, hay casos en que puede empeorar, presentándose como un cuadro grave de neumonía u otras complicaciones como sobreinfecciones bacterianas. Por eso, es importante la vacunación temprana en la población objetivo como lo son: niños desde los 6 meses a 5 básico y en la población de riesgo, es decir, pacientes con enfermedades crónicas y embarazadas.

Rinovirus

Es el principal agente del llamado “resfrío común”, una enfermedad frecuente en invierno y de muy fácil transmisibilidad. También es uno de los principales patógenos que pueden descompensar a los pacientes crónicos respiratorios (asmáticos).

Síntomas:
 
  • Secreción nasal líquida.
  • Tos irritativa.
  • Dolor de garganta.

Estos síntomas luego de 2-3 días tienden a desaparecer. Para su tratamiento, lo indicado es tomar abundante líquido, aseo nasal y mantener el reposo.

Virus respiratorio sincicial (VRS)

El VRS es otro de los principales virus respiratorios y uno de los que puede causar una infección respiratoria aguda baja durante esta época de otoño e invierno. La población más susceptible a contagiarse son los menores de un año de vida, en especial lactantes de menos de seis meses y los adultos mayores o pacientes inmunodeprimidos.

El contagio se produce “persona a persona”, mediante el contacto físico y las partículas que se esparcen en el aire al toser, estornudar o hablar. Se trata de un virus muy contagioso, que puede sobrevivir en las superficies hasta por seis horas.

Para prevenir, lo más importante es el lavado de manos frecuente y la desinfección de los objetos que pudieran estar contaminados, como juguetes u otros.

En general, los síntomas se inician con fiebre, tos productiva y congestión nasal. En pacientes menores de 1 año de edad puede provocar una infección que podría ser severa, predisponiendo también, en algunos casos, a desarrollar a futuro mayor recurrencia de cuadros respiratorios.

Factores de riesgo para complicaciones por el virus respiratorio sincicial
 
  • Menores de 6 meses
  • Prematuridad.
  • Cardiopatías.
  • Enfermedades respiratorias crónicas, fundamentalmente displasia broncopulmonar.
  • Inmunodepresión.
  • Tabaquismo pasivo (principalmente si alguno de los padres fuma).
  • Lactancia materna corta (menos de 3 meses).

Adenovirus

Este virus afecta en mayor proporción a los menores de 15 años y puede producir fiebre, amigdalitis y conjuntivitis, además de sintomatología digestiva como dolor abdominal y diarrea.

En niños pequeños o pacientes con alteraciones inmunes puede sobre infectarse y causar otitis, amigdalitis o neumonía.

Al igual que los otros virus respiratorios, es muy contagioso y se transmite por gotitas de saliva, secreción nasal o por contacto con objetos contaminados.

Otros virus

Existen varios virus respiratorios que nos pueden enfermar en esta temporada de frío como el virus parainfluenza, enterovirus y metapneumovirus, que se contagian de la misma forma, habitualmente dan síntomas leves como disfonía (parainfluenza) o afectan a niños más pequeños (metapneumovirus).

Su manejo es fundamentalmente sintomático, es decir, cuidados generales, analgésicos y antipiréticos. De todas formas siempre se debe poner atención a los signos de alarma (ver recuadro).

En el caso de pacientes pediátricos, se debe acudir a un servicio de urgencia si presentan:
 
  • Fiebre alta o persistente
  • Respiración rápida, ruidosa y/o agitada.
  • Retracciones costales Existe un “quejido” al respirar.
  • Coloración azul de labios y uñas.


 
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