Prostatitis aguda: inflamación aguda de la próstata
30 de agosto, 2018
·Adultos
La prostatitis aguda puede ser mortal si no se trata adecuadamente.
La prostatitis o inflamación de la próstata provoca síntomas como la inflamación de la vía urinaria, un aumento de la frecuencia miccional y un deseo urgente de ir al baño, sobre todo en la noche, a lo que se agrega ardor, dolor en la zona baja del abdomen y periné. Es un proceso inflamatorio que puede tener múltiples causas y que, si no se trata, puede llegar a ser mortal.
Así lo señala el doctor Raúl Valdevenito, urólogo de Clínica Las Condes, quien explica que la prostatitis se puede clasificar en dos grupos: aguda y crónica. La primera es la más severa.
“La prostatitis aguda se presenta de forma brusca, provocando deseos de orinar frecuentemente y dolor en la zona del pubis, periné, además de fiebre alta”, dice el doctor.
Es un cuadro infeccioso severo producido por gérmenes que se alojan en la próstata por vía urinaria, y que puede incluso ser mortal. “No tratarse es de riesgo vital, puede producir un paro séptico grave”, dice el especialista.
De ahí que es fundamental seguir el tratamiento adecuado, con antibióticos -endovenoso y oral-, por 21 días. Debe ser evaluado por un especialista, pues el desconocimiento puede llevar a un médico a prescribir un tratamiento corto y no los 21 días necesarios para eliminar la infección. “Si el tratamiento es incompleto o inadecuado puede pasar a una prostatitis crónica”, indica el doctor Valdevenito.
Habitualmente requiere hospitalización, por el tratamiento endovenoso. El tratamiento total puede durar hasta 28 días, para asegurarse que la infección remitió y no reaparezcan síntomas.
En el caso de la prostatitis crónica no necesariamente es un cuadro infeccioso, pero puede alterar la calidad de vida, debido a que las molestias permanecen, por lo que su tratamiento debe ser integral.
Ambos cuadros afectan, en general, a hombres de mediana edad (a partir de los 35 años), habitualmente sexualmente activos. No se puede prevenir. En el caso de la población gay existe mayor riesgo (por sexo anal), pero en la población heterosexual también se produce, pues tiene múltiples causas, pues incluso gérmenes del aparato digestivo pueden llegar a la uretra y logran meterse en la glándula prostática, sostiene el especialista.