Tras sufrir varios malestares, Josesh de 17 años fue diagnosticado con una leucemia linfoblástica aguda, razón por la que fue sometido a un trasplante de médula ósea que le cambió la vida.
Fue en noviembre de 2018 cuando Josesh comenzó a sentir varios síntomas muy extraños:
fatiga,
fiebre,
sangrados nasales abundantes, fueron algunos de ellos. Es así como terminó hospitalizado en la Clínica Los Carrera en Quilpué, donde el resultado arrojó que tenía los glóbulos blancos elevados por un síndrome de
mononucleosis.
Sin embargo, Josesh no mostró ninguna mejoría. Seguía con fiebre, pero aún más alta que en el episodio anterior, por lo que terminó en el servicio de urgencia de la Clínica Reñaca en Viña del Mar donde un hematólogo le diagnosticó un posible problema a la sangre. “Me hicieron una biopsia a la médula (mielograma) y arrojó una
leucemia linfoblástica tipo B. Fue uno de los momentos más duros de mi vida, en el cual piensas mil cosas por minuto”.
Tras el diagnóstico, la familia de Josesh tomó la decisión de que el tratamiento se realizaría en Clínica Las Condes. “Yo necesitaba comenzar un tratamiento lo antes posible, así que mis papás me llevaron a CLC donde teníamos muy buenas referencias”, comenta Josesh.
Es así como comenzó un tratamiento a cargo del
doctor Alejandro Majlis, hemato-oncólogo de Clínica Las Condes. El proceso de Josesh fue largo, tuvo que pasar por seis ciclos de quimioterapia, 7 intracales (quimioterapias que se realizan por la espalda para llegar al cerebro y al sistema nervioso), donde tuvo que pasar alrededor de un mes en una pieza burbuja en oncología.
“En la cuarta quimioterapia el doctor Majlis me citó y nos contó la posibilidad de hacer un trasplante, ya que no respondí al tratamiento como debería. Mis papás accedieron y tuve que seguir con quimioterapia y radioterapia para estar sin células cancerígenas y poder prepararme para este nuevo procedimiento”, cuenta Josesh.
Trasplante de médula ósea
El trasplante de precursores hematopoyéticos, conocido como trasplante de médula ósea, consiste en
cambiar el órgano formador de sangre y del sistema inmune, que es el sistema hematopoyético. Actualmente las células madres se extraen de la sangre posterior a un proceso de estimulación para que aumente su número y salgan de la médula a circular en la sangre, y así poder recolectarlas.
“Este cambio de células madres se realiza de un donante completa o parcialmente compatible, es así como el paciente llega a tener la sangre y el sistema inmune del donante. Este trasplante se realiza cuando el órgano formador de sangre está con leucemia aguda o cuando no funciona y se requiere cambio de órgano”, explica el
doctor Alejandro Majlis, hemato-oncólogo de Clínica Las Condes.
El proceso de recuperación del paciente es lento, ya que el nuevo órgano primero debe injertarse en el paciente. Aquí, el injerto puede rechazar al trasplantado, lo que requiere inmunosupresión y control de infecciones. “Es un proceso muy complejo que requiere de un gran equipo y dedicación”, agrega el doctor Majlis.
“Estoy muy agradecido, siento que en esta maravillosa clínica conocí a otra familia. Desde el día uno sentí mucho amor de parte de todo el equipo de oncología. Hoy ya con casi 6 meses post trasplante me siento como antes, incluso con más energía y con más ganas de vivir, haciendo mi vida normal, viendo a mis amigos, familiares y cuidándome siempre. Voy cada 2 semanas al doctor, todavía tomando varias pastillas entre ellas inmunosupresores (para no rechazar la nueva médula), pero nacer de nuevo y tener otra médula y nueva sangre fue lo mejor que me podría haber pasado. Doy gracias a la clínica y a Dios, quienes me acompañaron en todo el proceso”, comenta Josesh.