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Alta relación de obesidad con diabetes infantil

La incidencia de la diabetes tipo 1 aumentó entre el 2000 y 2004 de un 5,44% a un 8,33% e incrementó el número de pacientes en menores de 6 años.

La incidencia de la diabetes tipo 1 aumentó entre el 2000 y 2004 de un 5,44% a un 8,33%. Y además, se incrementó el número de pacientes que debutan con esta condición crónica en menores de 6 años.

La diabetes infantil, en nuestro país, ha ido en rápido incremento y se ha convertido en la segunda enfermedad crónica más común en la infancia. Antiguamente era una enfermedad propia de adultos, pero con el crecimiento del índice de obesidad infantil en Chile (sobrepreso entre niños y adolescentes entre 5 y 17 años es 27, 1% en las niñas y de un 28, 6% en niños, siendo Chile el sexto país con mayor obesidad infantil, según OCDE y Asociación Internacional para el estudio de la obesidad 2011), asociado a una vida sedentaria y a los malos hábitos alimenticios, los casos de diabetes infantil han aumentado considerablemente entre los niños.

Existen 2 tipos principales de diabetes: tipo 1 y tipo 2, las que hacen que los niveles de azúcar sean más elevados que lo normal. Sin embargo, ambas pueden provocar ese efecto de distintas maneras, según la Dra. Nancy Unanue, endocrinóloga de Clínica Las Condes.

La diabetes tipo 1 (antiguamente denominada diabetes insulino-dependiente o diabetes juvenil) se manifiesta cuando el páncreas pierde su capacidad de producir la hormona insulina. Este tipo de diabetes no puede ser prevenida y no existe una manera práctica de predecir quien la adquirirá. Y la diabetes tipo 2 (diabetes no dependiente de la insulina), no requiere de insulina para su tratamiento, sino utilizar fármacos que bajan la glicemia, hacer dieta y ejercicio.

“Un niño o un adolescente diabético bien controlado lleva una ‘cuenta de ahorro’ que a futuro le permitirá vivir tan bien como otra persona sin la enfermedad”. Los cuidados, explica la Dra. Unanue, se basan en un esquema de nutrición por edad que limite principalmente los hidratos de carbono y se complemente con un plan de ejercicios físicos aeróbicos, para regular el azúcar en la sangre. Además, la administración de insulina, ya sea a través de inyecciones o de una bomba, no se puede eludir.

De esta manera, al incorporar la alimentación saludable en los niños también se beneficiará a toda una familia, ya que evitará en un mediano y largo plazo enfermedades futuras como la diabetes tipo 2. Cuando un niño posee un IMC mayor a 30 kg/m2, existe un alto riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, que pueden acarrear complicaciones futuras importantes.

El exceso de grasa provoca una resistencia insulínica, es decir, la acción de la insulina- hormona encargada de facilitar el ingreso de la glucosa que viaja por la sangre a las células- no actúa adecuadamente.

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