Como ya se sabe, la insulina se debe inyectar en el tejido subcutáneo (la grasa que está debajo de la piel y no en el músculo).
Este se encuentra en todas las zonas del cuerpo, pero las siguientes zonas están consideradas como las mejores para la acción de la insulina por estar lejos de articulaciones, nervios o grandes vasos sanguíneos:
- Muslos: Zona anterior y latero-externa. Para insulinas de acción lenta.
- Nalgas: Parte superior y externa. Es el lugar más recomendado para las insulinas de acción lenta ya que es el lugar donde la insulina se absorbe más despacio. Abdomen: Insulinas de acción rápida. Es el lugar dónde la insulina se absorbe más rápidamente. Evitando la zona de la cintura y cercana al ombligo.
- La zona inmediatamente superior a la cintura pero por la espalda.
- Brazos: Parte lateral y posterior. Evitar administrar insulina en niños pequeños.
Para tratar de no lesionar los tejidos (lipodistrofia), lo cual puede impedir la absorción correcta de la insulina, cambie de sitio para cada inyección, pero no la zona, puesto que la absorción desde unos lugares a otros es muy variable.
De absorción más rápida a más lenta estarían abdomen seguido de parte anterior de los muslos y, por último, la zona más lenta son los glúteos. Esta última sería la más recomendable para la inyección de la insulina nocturna.
- En el caso de la insulina ultrarapida la zona de inyección no modifica su inicio de acción, pero modifica su duración.
- Lo mejor es hacerse un plan en el que una inyección se separe de otra: 1 centímetro. De forma que pase largo tiempo entre dos inyecciones puestas en el mismo sitio.
- Cada inyección debe estar separada unos 2 centímetros aproximadamente de los anteriores puntos de inyección.
- Lleve un registro de los puntos de inyección.