Se presentan 1 a 3 horas después de quedarse dormido, durante el sueño profundo. El niño bruscamente se sienta en la cama, abre los ojos, como asustado. Puede gritar o llorar en forma inconsolable, hablar incoherencias, levantarse, caminar y pelear.
En este momento no reconoce a sus padres y los intentos por despertarlo pueden aumentar la agitación. Puede presentar respiración agitada, sudoración profusa, dilatación pupilar y taquicardia.
Este evento produce gran preocupación en los padres, puede durar 1 a 10 minutos y se puede presentar entre 2 y 8 veces al mes. Característicamente en la mañana siguiente el niño no recuerda lo ocurrido.