Un nuevo medicamento se sumó a la lucha contra lo obesidad.
Semaglutida no es un medicamento nuevo. Se utilizaba hace algún tiempo para controlar los niveles de azúcar en la sangre en los pacientes diabéticos. Lo nuevo es que ahora, la agencia de Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), aprobó una nueva dosificación de estas inyecciones que se pueden ser indicadas en personas con
sobrepeso u obesas.
Una vez inyectado (intramuscular), el medicamento actúa en el cerebro, específicamente en las zonas del cerebro que son las encargadas de regular el apetito y la ingesta de comida, como si fuera glucagón tipo 1, un péptido que activa la síntesis de insulina. La inyección se aplica una vez a la semana.
¿A quiénes está dirigido? La FDA aprobó su uso para el manejo del peso crónico en personas con un
IMC (Índice de Masa Corporal) superior al 27 kg/m2 o más y con al menos una comorbilidad asociada al sobrepeso, o una persona con un IMC superior a 30 kg/m2 sin ninguna otra enfermedad.
A juicio de la
doctora María José Escaffi jefa del
Departamento de Nutrición de Clínica Las Condes, “todos los fármacos, incluso algunos que son naturales, deben tener una indicación particular, tienen que ser evaluados caso a caso entre médico y paciente y según el costo-beneficio que produzcan, para que la persona que lo necesite se vea realmente beneficiado del tratamiento”.
El nuevo medicamento aprobado por la FDA aún no está disponible en Chile.
Lo ideal, insiste la doctora Escaffi es mantener un estilo de vida saludable. “Puede llegar este fármaco, puede llegar otro, pero el peso saludable se logra en los pilares fundamentales de una vida saludable. La obesidad es una enfermedad que requiere un tratamiento adecuado, individualizado, oportuno y respetuoso”. En ningún caso se recomienda la automedicación.
Como todo medicamento, semaglutida tiene efectos secundarios y uno de ellos es el riesgo de generar cáncer de tiroides. A ellos se suman: náuseas, diarrea, vómitos, constipación, dolor de estómago, distensión abdominal, dolor de cabeza, disminución de los niveles de azúcar de los pacientes con diabetes tipo 2 y flatulencias, entre otros.