Los miomas son tumores benignos de músculo uterino, de tamaño y forma diversa, que suelen presentarse después de la tercera década de la vida.
De acuerdo a su localización, pueden ser clasificados como:
Submucosos: Próximos a la superficie interna del útero
Intramurales: En el espesor de la pared uterina.
Subserosos: Por fuera de la pared uterina.
Conforme con su tamaño y localización, pueden ocasionar una amplia variedad de síntomas, como alteraciones del patrón de sangrado menstrual (metrorragia o menstruaciones abundantes y/o prolongadas), síntomas derivados de la compresión de órganos vecinos (micción frecuente y/o constipación), sensación de masa abdominal, dolor e infertilidad.
Sin embargo, en ocasiones pueden ser asintomáticos y ser detectados exclusivamente como parte de un chequeo ginecológico de rutina.
La ecografía ginecológica es el pilar fundamental en el diagnóstico y control de los miomas, aunque en algunos casos particulares puede ser necesario realizar estudios complementarios, tales como la Resonancia Nuclear Magnética (RNM), la Tomografía Axial Computada (TAC) y la histero-sonografía.
¿Cuándo llega la cirugía?
Habitualmente, el tratamiento de los miomas sintomáticos o de gran tamaño es quirúrgico, y consiste en la extirpación del o los miomas (miomectomía), y en los casos severos, la extracción completa del útero (histerectomía). Ambos tratamientos pueden ser realizados exitosamente a través del robot da Vinci del Centro de Robótica de Clínica Las Condes que permite, con mayor facilidad, la extracción de miomas de gran tamaño y con una mayor probabilidad de conservación del útero en aquellas pacientes en que se debe conservar la fertilidad.
Nuestro centro cuenta con una amplia experiencia en el tratamiento de los miomas submucosos mediante histeroscopía, y en el caso de los miomas intramurales y subserosos, mediante laparoscopía, utilizando técnicas de cirugía mínimamente invasiva.
Cabe destacar que la cirugía robótica es un tipo de cirugía laparoscópica facilitada por el uso de una máquina que miniaturiza los movimientos naturales del cirujano y le permite una mayor visión y precisión.