"Arañitas" pueden convertirse en un gran problema estético.
Un día te miras las piernas y descubres
pequeñas líneas rojas, púrpuras o azules que dibujan “caminitos” por tu piel. Esas son
telangiectasias o “arañas vasculares”, dilataciones de pequeños vasos sanguíneos muy superficiales ubicados inmediatamente por debajo de la epidermis.
El
doctor Gustavo Sepúlveda, cirujano vascular y endovascular de Clínica Las Condes indica que estos vasos miden entre 0,1 y 1mm de diámetro y pueden tener tres orígenes: una vénula (vena de calibre menos de 1mm de diámetro), un capilar o una arteriola dilatada.
“Las
telangiectasias que son arteriolares en su origen son de pequeño diámetro, de color rojo brillante y no protruyen o abultan en la superficie de la piel. Las
telangiectasias que se originan de vénulas son de mayor diámetro que las anteriores, éstas son de coloración azulada y con frecuencia protruyen en la superficie de la piel. Las
telangiectasias originadas de capilares, son finas inicialmente y de color rojo, pero pueden con el tiempo llegar a ser de mayor tamaño, tienen una coloración púrpura o azul debido al flujo retrógrado venoso por el incremento de la presión hidrostática”, explica el especialista.
Este tipo de dilatación de pequeños vasos sanguíneos, no siempre están asociadas a insuficiencia venosa o varices, aunque en algunas circunstancias pueden coexistir, pero en ningún caso son precursoras de várices. “Las telangiectasias frecuentemente tienen como causa un
componente hereditario y se suman factores de riesgo principalmente hormonales como el embarazo y el uso de hormonas”, dice el doctor Sepúlveda.
Estas últimas no tienen importancia clínica, ya que son asintomáticas, pero sí pueden suponer un problema estético.
Las várices, en cambio, se originan por un problema mecánico: las venas no son capaces de trasportar la sangre en forma adecuada hacia el corazón y evitar que ésta se devuelva por lo que se acumula y produce dilatación en los vasos de las piernas.
La escleroterapia y el láser cutáneo son parte de los procedimientos con los que se tratan las arañas vasculares y várices de pequeño tamaño y con frecuencia se complementan. “La
escleroterapia consiste en la fibrosis y desaparición del vaso mediante la inyección de espuma de Polidocanol u otro esclerosante. Si bien, la escleroterapia elimina muy bien las arañas vasculares de pequeño tamaño, permite el tratamiento de venas patológicas de mayor porte”, dice el doctor Sepúlveda.
Por su parte, el
láser cutáneo produce la coagulación y subsecuentemente la desaparición del vaso en forma instantánea a través de energía lumínica, cuya luz pulsada intensa, impacta selectivamente en la hemoglobina contenida en la sangre de los vasos. “En la Clínica Las Condes, contamos con un láser de Neodimio-YAG de 1064 nm. marca CUTERA, uno de los mejores a nivel mundial para el tratamiento de este tipo de lesiones”, señala el especialista.