Más allá del estilo que nos guste llevar o el tipo de cabello que tengamos, el pelo tiene mucho que decir respecto a nuestro estado de salud. ¿Sientes que se te cae mucho o está más seco? Conoce cuáles pueden ser las razones.
Para muchos es una verdadera carta de presentación. Es que, más allá de algo meramente estético, nuestro pelo dice mucho de nosotros. No sólo respecto de la forma en que nos gusta llevarlo: largo, corto, peinado, despeinado; también en relación a qué tan bien estamos en términos de salud.
Según explica la dermatóloga de CLC, doctora María Luisa Sáenz de Santa María, la apariencia del pelo depende de muchos factores, entre ellos, una higiene óptima, la utilización de productos adecuados, el estilo de vida y la dieta. “Nuestro cuerpo puede reaccionar en momentos de estrés como, por ejemplo, frente a una cirugía, un parto, fiebre alta, desórdenes metabólicos, pérdidas agudas de sangre, dietas muy estrictas, algunas drogas, etcétera, llevando al pelo a adquirir un aspecto menos saludable y a una eventual pérdida”.
En este sentido, la caída del pelo, exceso de grasitud o alteraciones del cuero cabelludo son algunos de los motivos más frecuentes de consulta. Aquí analizamos algunos de los principales trastornos y su solución.
“Se me cae el pelo”
En el cuero cabelludo existen aproximadamente 100.000 pelos y normalmente se pierden a diario alrededor de 50 a 100. Cuando la pérdida es mayor a lo habitual, puede existir algún trastorno involucrado.
Entre algunos tipos de alopecia de consulta frecuente está la alopecia adrogenética, que afecta a hombres y mujeres con predisposición familiar. Se produce por la transformación en la piel de la hormona testosterona a dehidrotestosterona, la cual produce una miniaturización gradual del folículo, disminución del diámetro del pelo y, finalmente, su caída.
La alopecia areata, en tanto, corresponde a una enfermedad autoinmune dirigida contra el folículo piloso, donde se involucran, además, otros factores como disfunciones endocrinas y estrés emocional, los cuales deben identificarse y tratarse a tiempo.
Se manifiesta generalmente con pérdida de pelo en áreas bien definidas, como parches redondos, pudiendo afectar todo el cuero cabelludo (alopecia total) o toda la superficie corporal (alopecia universal). Puede, además, asociarse a alteraciones ungueales (de la uña).
Otro tipo de alopecia es el denominado efluvio telógeno, muchas veces secundario a alguna enfermedad sistémica, la cual hay que investigar. Consiste en la alteración del ciclo piloso, por lo que después de un tiempo (entre 3 y 6 meses), se manifiesta la caída de pelo de manera difusa. Este mecanismo puede ser gatillado por diversos factores, entre ellos el parto, alteraciones hormonales, shock quirúrgico o traumático, deficiencias proteicas o vitamínicas por dietas estrictas, y enfermedades psiquiátricas. Normalmente este tipo de caída del pelo es autolimitada y el pelo vuelve a crecer.
“Descartando enfermedades sistémicas que puedan producir alopecia (problemas tiroideos, anemia, déficit de fierro, etcétera), los tratamientos más utilizados son el minoxidil tópico y/o tratamientos orales que bloquean la formación de dehidrotestosterona. A ello pueden agregarse suplementos nutricionales o champúes especiales. Existen también correcciones quirúrgicas con microimplantes de pelo”, señala la dermatóloga.
“Nuestro cuerpo puede reaccionar en momentos de estrés, ya sea una cirugía, un parto, un desorden metabólico, entre otros, llevando al pelo a adquirir un aspecto menos saludable y a una eventual pérdida”.
Mitos
“Lavarse el pelo todos los días produce pérdida de cabello”
FALSO: Es absolutamente normal que caigan algunos cabellos cuando nos lavamos el pelo, porque de todas formas iban a caer en algún momento. Si esta pérdida se hace excesiva, debe consultar con un dermatólogo.
“La seborrea hace caer el pelo”
FALSO: No se ha comprobado que exista relación causal directa entre grasitud del cuero cabelludo y pérdida de cabello. Sí podría ser un factor agravante por lo que hay que tratarla. Tampoco es cierto que la seborrea sea producida por los alimentos que consumimos.
“Si uso el pelo largo se me cae más”
FALSO: La caída del pelo no está relacionada con su longitud. “Lo que ocurre es que cuando el pelo está más largo es más notoria la caída”.
Ojo con algunos medicamentos
Los fármacos anticoagulantes, medicamentos para bajar el colesterol, antidepresivos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE), terapia hormonal de reemplazo, algunos anticonceptivos y antibióticos, pueden perjudicar la salud del pelo. Otros medicamentos utilizados para la gota, algunos antihipertensivos y altas dosis de vitamina A, pueden ocasionar caída del cabello. Consulte con su médico sobre los efectos secundarios.
Alopecia masculina
La calvicie común o alopecia androgenética, es la más frecuente en hombres. ¿Por qué se produce? Las hormonas masculinas son las principales responsables y la caída se inicia en la coronilla o región frontal (“entradas”).
Si no se instaura el tratamiento apropiado, con el paso del tiempo la alopecia se hace progresiva y avanza llegando a la calvicie total. El cabello es cada vez más fino y corto, con una disminución del grosor y de la cantidad de pelos. Los de la región posterior y lateral de la cabeza suelen caerse menos porque no son afectados por los andrógenos.
V/S
Alopecia femenina
Al igual que los hombres, las mujeres que tienen cierta predisposición genética pueden sufrir una caída de pelo como respuesta a las hormonas, lo cual se denomina alopecia androgenética femenina. El patrón de caída es más difuso que en el hombre. Es progresiva y el pelo es cada vez más fino y débil.
En mujeres jóvenes que tienen pérdida de pelo asociada a acné, obesidad o hirsutismo (aparición de vello grueso o terminal en zonas androgenodependientes como la cara, pecho, región infraabdominal y cara interna de muslos), el médico solicitará exámenes de sangre para evaluar el estado hormonal y descartar alguna endocrinopatía.
“Soy muy joven y ya tengo canas”
La aparición de canas es uno de los síntomas más comunes del proceso de envejecimiento. Por lo general se inicia a partir de los 30 años, aunque hay adultos mayores de 40 que todavía no presentan canas, y otros de 20 que ya tienen algunas. Ya hacia los 50 años, 50% de la población tiene 50% de pelo canoso.
¿Por qué aparecen? Porque la melanina, que le da el pigmento a los folículos pilosos, disminuye su producción y el pelo va perdiendo progresivamente su color.
“En personas sanas, donde el componente hereditario es muy relevante, no hay nada que uno pueda hacer para revertir este proceso. Solo recomendar que si van a ocupar tinturas prefieran las que no tienen amoniaco e idealmente estén hechas en base a productos vegetales”, sostiene la doctora Sáenz.
“Tengo el pelo quebradizo y más seco”
El cabello reseco es el resultado de la falta de humedad y aceite, que permiten mantener su textura y apariencia normal. Aunque existe una gran variedad de productos comerciales que ofrecen combatir el pelo ultra seco, si el problema persiste puede deberse a la presencia de factores externos como excesiva exposición a tratamientos químicos, radiación solar o agua clorada de las piscinas, o bien tratarse de alguna condición de salud. “Los trastornos de la alimentación y una dieta poco balanceada son algunas de las condiciones que llevan a la resequedad del pelo. En algunos pacientes puede ser necesario indicar un complemento nutricional de cinc y biotina, que ayudan a devolverle al pelo un aspecto más salu-dable”. ¿Alimentos recomendados? Salmón, huevos, nueces, gelatinas, espinacas, germen de trigo, zanahorias y naranjas. También son buenos los lácteos bajos en grasa, los granos enteros y las verduras.
“Por la caspa ya no uso ropa negra”
La caspa o pitiriasis simple aparece generalmente luego de peinarse, dejando la ropa plagada de pequeñas escamas blancas. Puede asociarse a piel constitucionalmente seca, presente en algunos pacientes atópicos. Cuando la descamación es amarilla o grasienta, es posible que se trate de una dermatitis seborreica. En estos casos, además, es posible encontrar inflamación del cuero cabelludo y prurito. Aunque esta condición se relaciona con la proliferación de hongos y algunos problemas psicológicos, es una afección benigna que se puede tratar con champú anticaspa y antimicóticos.
“Ciertas circunstancias como el estrés, los cambios de estación o el uso de productos cosméticos, pueden favorecer la aparición de caspa. Si la persona se siente afectada en su vida cotidiana, el ideal es que consulte con un dermatólogo para que le indique un tratamiento adecuado”.