Cuando los vómitos persisten durante la etapa de gestación hay que evaluarlo y tratarlo.
Cuando los vómitos se vuelven un síntoma frecuente durante el embarazo hay que evaluar qué hay detrás, pues se puede estar frente a una
hiperémesis gravídica, que se produce cuando los vómitos son severos, lo que puede afectar la calidad de vida, alimentación, hidratación y salud de la paciente.
“Clínicamente hay pérdida de peso, deshidratación y alteraciones hidroelectrolíticas”, dice el
doctor Hernán Braun, ginecólogo de Clínica Las Condes, quien agrega que la condición no es tan frecuente, pues afecta a 1 de cada 500 a 1000 embarazadas.
“Es más frecuente en las mujeres que cursan su primer embarazo, embarazos múltiples, mujeres con antecedentes de náuseas y vómitos con el uso de
anticonceptivos y en aquellas en que sus madres o hermanas tuvieron hiperémesis gravídica”, dice.
Causas
Su causa es desconocida, existiendo varias teorías. “Probablemente se trata de una enfermedad de origen multifactorial en que participan factores hormonales, psicológicos, genéticos e incluso infecciosos”, sostiene.
Si bien los vómitos son frecuentes y considerados normales en el embarazo, cuando son muy severos y alteran la calidad de vida de las pacientes hay que consultar al especialista, ya que la presencia de vómitos impide alimentarse e hidratarse adecuadamente y pueden causar la baja de peso de la embarazada.
Síntomas
El doctor Hernán Braun indica que algunos síntomas y signos que deben hacer consultar precozmente son:
- Presencia de estrías sanguinolentas en el vómito, boca y mucosas secas.
- Orina concentrada o escasa.
- Confusión o decaimiento.
Si ya tuvo un embarazo con hiperémesis gravídica aumenta el riesgo de tener la misma condición en el próximo, pero tampoco lo asegura. “Es difícil asegurar lo que sucederá en los siguientes embarazos. Cada embarazo es distinto y como la causa de los vómitos y náuseas es multifactorial, puede ocurrir que factores causales estén presentes en un embarazo y no lo estén en otro o viceversa”, dice el especialista.
Sin embargo, el haber presentado vómitos o hiperémesis en un
embarazo anterior es un factor de riesgo para que en el embarazo actual los presente aunque no lo asegura, indica el doctor.
“En estos casos la recomendación es implementar precozmente las medidas necesarias para disminuir la probabilidad de que los síntomas aparezcan y en el caso que esto ocurra, iniciar prontamente el tratamiento adecuado”, agrega.
Tratamiento
El tratamiento se realiza en torno a los síntomas predominantes, la severidad del cuadro y la respuesta que el paciente tenga, pero todas deben efectuar un cambio en la alimentación y el estilo de vida, lo que implica bajar el estrés, la carga laboral y mejorar la calidad y cantidad de las horas de sueño y descanso.
“Todas las pacientes deben efectuar un cambio en la alimentación y el estilo de vida. Esto implica disminuir el estrés y la carga laboral y mejorar la calidad y cantidad de las horas de sueño y descanso. En relación a la alimentación, se debe hacer lo que se conoce como régimen seco fraccionado: se debe comer en pequeñas cantidades cada 2 horas idealmente alimentos sólidos separados de los líquidos. Éstos últimos de preferencia deben ser ingeridos en porciones pequeñas, fríos y entre las comidas sólidas”, recomienda.
Deben evitarse los alimentos que le provoquen náuseas o vómitos, los olores y si no hay buena tolerancia de los suplementos (vitaminas, hierro) estos deben suspenderse hasta que el cuadro se resuelva.
En algunos casos puede complementarse lo anterior con tratamientos complementarios no farmacológicos como psicoterapia, hipnosis, acupuntura y acupresión, también se pueden utilizar medicamentos y en casos severos puede ser necesario el estudio y manejo hospitalizado.