En el mes en que se celebra el Día de la Madre, quisimos compartir con ustedes el testimonio de Paulina Barrios, una madre primeriza que luego de superar un complicado embarazo que la mantuvo largo tiempo internada, podrá celebrar por primera vez esta fecha junto a sus dos pequeños hijos.
Cuando tenía apenas
26 semanas de embarazo Paulina Barrios fue internada de urgencia en el
Centro Especializado de Vigilancia Materna de Clínica Las Condes (CEVIM) ya que, luego de llevar una semana con molestias estomacales y urinarias, los exámenes arrojaron que presentaba una grave alteración a nivel hepático.
“Cuando le leí los resultados a mi doctor, el ginecólogo
Marcelo Pradenas, me dijo que debía ir a la clínica de inmediato. Y así lo hice. Partí directo desde mi oficina, solo con la cartera en la mano. Cuando llegué, el doctor me estaba esperando y ya tenía todo listo para internarme de urgencia en el Cevim, porque mi cuadro era muy delicado”, recuerda Paulina, para quien se trataba de su primer embarazo y
esperaba mellizos, por lo que el miedo y la incertidumbre se hacían aún mayores.
“Primero se pensó que tenía el síndrome de Hellp, un cuadro muy grave que pone en riesgo la vida de la madre, por lo que, generalmente, la decisión es interrumpir el embarazo. Afortunadamente, y doy gracias por eso, la sabiduría y la experiencia de mi doctor impidieron que tomaran esa decisión, ya que él nunca logró convencerse de ese diagnóstico al 100%. Habían cosas que no le calzaban y se la jugó por seguir buscando otros síntomas para tener certeza absoluta. Estoy convencida de que en otra parte me hubieran sacado a los bebés de inmediato, con todo lo que hubiera implicado nacer con sólo 26 semanas de gestación”, cuenta Paulina.
Fue así como a los pocos días de estar internada, con monitoreo día y noche, Paulina empezó a sentir una
picazón en la planta de los pies. Eso hizo sospechar de que se trataba de una
colestasis, un trastorno del embarazo que puede llegar a ser muy complicado y que puede afectar a las guaguas en gestación. Por eso, una vez confirmado el diagnóstico, era necesario mantener el control y los cuidados extremos tanto para Paulina como para los pequeños Isaac y Francisco, quienes afortunadamente estaban en muy buen estado dentro de la guatita de su mamá.
Ganar tiempo
En este escenario, Paulina debió seguir internada, porque cada día que pasaba era un día ganado para el desarrollo de sus pequeños hijos y para que estuvieran en las mejores condiciones cuando fuera el momento de nacer.
Finalmente, después de 42 días en el Cevim,
Paulina empezó con contracciones y meconio en el líquido amniótico. Tenía casi 32 semanas de embarazo y el doctor Pradenas le dijo que ya no podían esperar más y que era necesario practicar una cesárea.
“Cuando mi doctor tomó la decisión de sacarme a los niños yo confié completamente en él. Sabía que su prioridad, al igual que la mía, siempre había sido ganar un día más, por lo que me voy a quedar tranquila con eso el resto de mi vida, había llegado el momento”, dice Paulina.
Afortunadamente los
pequeños mellizos nacieron en muy buenas condiciones, tomando en cuenta su peso y su edad. “De haber interrumpido el embarazo con 26 semanas, el panorama habría sido bastante diferente”, comenta. “Para mí, haber estado en el Cevim fue crucial. Estoy agradecida de mi doctor y de todo el equipo médico, no sólo por lo profesional, sino también por su extraordinaria calidad humana para atender al paciente de manera integral”, finaliza.
En estos días los pequeños hijos de Paulina permanecen en muy buenas condiciones en
Neonatología de Clínica Las Condes, recuperando peso y avanzando cada día más en su desarrollo.
¿Qué es la colestasis?
La colestasis o colestasia es producida por el embarazo y se trata de un
desorden hepático donde, debido a una serie de mediadores inflamatorios, se producen contracciones uterinas que pueden inducir un parto.
Aparece generalmente en el último trimestre del embarazo y es muy molesta para la madre, ya que el principal
síntoma es una picazón en palma de manos y pies, aunque puede sentirse también en todo el cuerpo. En ocasiones puede producir también
ictericia, la que se traduce en un color amarillento de la piel, los ojos y las membranas mucosas.
Aunque no es grave para la embarazada, sí puede causar la muerte de la guagua dentro de útero si no se maneja en forma adecuada.
Centro especializado de vigilancia materno fetal
Es el primer centro privado del país que ofrece un servicio integral y multidisciplinario enfocado específicamente en pacientes con embarazos de alto riesgo.
Su misión principal es entregar un cuidado médico de excelencia, por lo que cuenta con la mejor infraestructura y un equipo médico y paramédico especializado y de primer nivel.
El Cevim ofrece a sus pacientes una
atención de cuidado las 24 horas del día, con la presencia permanente de médicos residentes especialistas en Ginecología
y Obstetricia, con clara orientación a
medicina materno-fetal, supervisados por el coordinador del centro.
La infraestructura disponible en el Cevim consiste en una unidad aislada del resto de las pacientes obstétricas y ginecológicas, con dispensadores de oxígeno y bombas de infusión continua. Además, cuenta en forma permanente con equipos de monitorización no invasiva para
electrocardiograma, oximetría de pulso y presión arterial. Junto a eso dispone de
monitorización fetal, tanto electrónica como con ultrasonido doppler color.
Además, Clínica Las Condes dispone de una Maternidad con el mejor nivel
de infraestructura en sus dependencias de preparto, parto, pabellones y, especialmente, en su Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, con una amplia experiencia en el manejo de recién nacidos de prematuridad extrema, que cuenta con recursos médicos y paramédicos de primer nivel y equipada con tecnología de última generación.