Una vez extirpada la glándula tiroidea, y ajustada la medicación, el paciente puede llevar una vida completamente normal.
La cirugía de tiroides, ya sea benigna o por un
cáncer, habitualmente no afecta a largo plazo la calidad de vida del paciente.
Los medicamentos que se indican reemplazan completamente la función perdida con la extracción de la glándula y una vez que están ajustados, a meses después de la operación, habitualmente el 99% de los pacientes recuperan la calidad de vida normal.
“Se puede llevar una vida normal, pero hay que entender que siempre hay excepciones, ya sea por un problema en la cirugía, o porque en algunos casos es más difícil ajustar las dosis, pero a largo plazo la gran mayoría de los pacientes operados, ya sea por patología benigna o maligna o, claramente por
cáncer a la tiroides, hacen una vida completamente normal y son completamente sanos. No hay ningún estilo de vida que se relacione directamente con el cáncer de tiroides”, explica el doctor
Pablo Montero, cirujano de cabeza y cuello y oncólogo de Clínica Las Condes.
A diferencia de la persona que fuma, a quien se le recomienda dejar el tabaco para evitar el cáncer de pulmón, no existe nada confirmado, ni alguna dieta especial ni nada que alguna persona pueda hacer o dejar de hacer para evitar el desarrollo o la vuelta del cáncer de tiroides.
“Es un mito pensar que cierta actitud en la vida pueda llevar a tener un cáncer de tiroides. Y al revés es lo mismo: después de tener un cáncer de tiroides habitualmente hacer una vida sana y normal es la única recomendación”, aclara el doctor Montero.
Por otro lado, el cirujano de cabeza y cuello explica que “nunca tenemos que olvidar que toda persona, independiente de los problemas de tiroides, debiera tener una buena alimentación, hacer ejercicio, no debería fumar, porque hay otras patologías asociadas que son tanto o más graves que el cáncer de tiroides y que le pueden traer muchos más problemas”, puntualiza el médico.
¿Qué esperar después de la cirugía de tiroides?
Tras la cirugía de
tiroides, el paciente puede presentar diversos síntomas que principalmente se deben a que la función de la glándula extirpada no está completamente reemplazada.
Asimismo, después de la intervención, algunos pacientes permanecen un largo tiempo sin recibir la
hormona tiroidea porque se les ha indicado tratamiento con yodo radioactivo o radioyodo. Esos pacientes pueden ganar hasta 4 a 5 kilos de peso, lo que se debe básicamente a retención de líquido.
“Después que reciben su tratamiento complementario, y retoman la hormona, esos kilos debieran comenzar a bajar rápidamente”, indica la doctora
Soledad Hidalgo, endocrinóloga de Clínica Las Condes, quien agrega que “en realidad, si una persona está bien sustituida, está tomando bien su medicamento, no debiera subir de peso.
Por otro lado, cuando alguien se opera de tiroides pueden resultar dañadas algunas estructuras del cuello, dentro de las que destacan los
nervios que controlan la voz. “En algunas ocasiones, después de la cirugía de tiroides uno sabe que alrededor del 10 a 15% de los pacientes van a presentar algún cambio en la voz. Raramente es algo permanente, pero al menos un 1% de las personas pueden tener al menos un síntoma como cambio de la voz permanente, o tal vez ahogo. Para eso es bueno que se controle con un otorrinolaringólogo, para ver cómo se están comportando sus cuerdas vocales y que podría ser una causa”, indica el doctor Montero.
Además, debido a la cicatrización de la cirugía, las personas que se operan de
cáncer de tiroides también pueden presentar, en muy pocos casos, algunas molestias para tragar o tomar líquidos más fríos, lo que se debería conversar con el cirujano antes de la intervención.