Alergia a la proteína de leche de vaca
Alrededor del 4% de los menores de dos años padecen alergia a la proteína de la leche de vaca.
Irritabilidad, llanto, aumento del reflujo gastroesofágico, diarrea o constipación, heridas en torno al ano, irritación o sequedad de la piel, sangramiento digestivo, o síntomas respiratorios como la obstrucción bronquial, son algunas de las variadas manifestaciones clínicas que puede producir la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) en el lactante de algunos meses, edad más frecuente de aparición. En el recién nacido puede llegar a producir grados más severos de inflamación intestinal provocando un cuadro de enterocolitis que se manifiesta por un abdomen distendido y hemorragia digestiva a veces significativa.
Esta alergia explica el Dr. Stefan Hosiasson, pediatra y neonatólogo de CLC fue apareciendo con mayor frecuencia, primero en Europa, luego en Estados Unidos, y en la última década ha ido tomando fuerza en Chile, con especial focalización en los estratos más altos de la población. “Aunque en general la APLV tiene relación con la incorporación de fórmulas lácteas a base de leche de vaca, como suplementación o reemplazo de la alimentación al pecho de la madre, también se observa ocasionalmente asociado a madres que ingieren productos lácteos y logran traspasar antígenos de la proteína de leche de vaca a través de la leche materna”.
Los niños afectados presentan una reacción inmune en la cual el organismo desconoce esta proteína ajena y comienza a atacarla generando una respuesta inflamatoria exagerada que produce los síntomas. Un estudio realizado en CLC en conjunto con el INTA (Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos) mostró una incidencia de esta afección de alrededor de un 4 %.
Aunque no existe un examen diagnóstico preciso, diversos exámenes logran orientar hacia el diagnóstico, y en definitiva la implementación de dietas libres de proteína de leche de vaca permite comprobarlo al controlar los síntomas. Existen hoy en día fórmulas lácteas especiales para este tipo de situaciones, de diversa complejidad en su elaboración según la intensidad de alergia que se deba tratar.
Las madres que están amantando y que su hijo presenta esta afección deben seguir una dieta estricta libre de la proteína de leche de vaca, puesto que la ingesta de a veces cantidades pequeñas puede volver a gatillar la enfermedad.
Suele sorprender la cantidad de alimentos que en su preparación contienen lácteos, por lo cual con frecuencia se solicita asesoría de algún especialista en nutrición y se aprende a leer con mucho cuidado los componentes de los alimentos envasados. Si este tratamiento de dieta libre de lácteos es instaurado en forma precoz y se mantiene por un tiempo suficiente, con frecuencia hasta el año de vida, el sistema inmune se desensibiliza y se vuelve más tolerante en la mayoría de los casos y estos niños pueden volver a tener una dieta más normal.