A veces hasta se puede confundir durante el diagnóstico.
La
fibromialgia es una enfermedad que provoca dolor musculoesquelético generalizado, que no tiene causa conocida, sin embargo, parece ser que alteraciones de la esfera biopsicosocial son gatillantes o perpetuantes de la enfermedad, explican los especialistas.
Entre el 3% y 5% de la población puede tener fibromialgia. Para su diagnóstico se requiere la presencia del
dolor generalizado por tres o más meses de duración, acompañado de una sensibilidad anormal a la presión digital en 11 de 18 puntos específicos del cuerpo, entre ellos, la base del cuello, el codo y la parte medial de las rodillas. También pueden presentar
fatiga, sensación de tumefacción y rigidez matinal, alteraciones neurológicas y en el sueño, y trastornos en el aparato digestivo, entre otras.
“La fibromialgia no tiene un patrón único de alteración psiquiátrica, aunque la
depresión es la más común, pero hay muchas otras, como
trastornos de ansiedad, crisis de pánico, entre otras. Los mecanismos exactos que expliquen la relación entre cuadros de la esfera psiquiátrica y fibromialgia no se conocen, pero posiblemente tiene que ver con alteración de neurotransmisores que podrían verse afectados por ambas condiciones”, sostiene el especialista.
Hacer ejercicio puede ayudarles a sentirse mejor, indica el doctor. “Los pacientes con fibromialgia deben realizar actividad física en forma progresiva y de acuerdo a las capacidades individuales. La terapia física es parte fundamental del tratamiento de esta condición. El
ejercicio mejora la capacidad física, aeróbica, mejora el ánimo, la autoestima y la secreción de endorfinas alivia el dolor”, aseguran.
Su tratamiento debe ser individualizado y de acuerdo a las características propias de cada paciente. El manejo de la fibromialgia generalmente requiere un equipo multidisciplinario en el que participan, en mayor o menor medida, el reumatólogo, psiquiatra, psicólogo, kinesiólogo, y médicos dedicados al dolor.
Los medicamentos usados son un complemento a las terapias anteriores e incluyen antidepresivos, anticonvulsivantes y analgésicos. "Los antiinflamatorios tienen utilidad limitada en esta condición al igual que los corticoides", sostiene el especialista.