Comienza la temporada veraniega y es esencial abordar el tema de
los flotadores para niños, considerándolos como una herramienta valiosa pero no infalibles en la
seguridad acuática. Estos juguetes de flotación pueden ser útiles bajo la supervisión de adultos, fomentando la confianza y habilidades acuáticas en los pequeños.
Desde la
Unidad de Urgencia y Rescate de Clínica Las Condes nos entregan las siguientes
consideraciones clave al elegir un flotador:
1. Ajuste preciso: Selecciona un flotador que se ajuste correctamente al cuerpo del niño para evitar deslizamientos, especialmente al aplicar
bloqueador solar.
2. Certificación: Adquiere flotadores de comercios establecidos para garantizar cumplimiento con normas de seguridad y contar con instrucciones en español.
3. Tipos de flotadores: Los chalecos son los ideales, las alitas y los tubos flotantes de espuma coloquialmente llamados "tallarines", también son otras opciones válidas, pero cabe destacar que solo para algunas actividades y siempre bajo supervisión de algún adulto. Evita aquellos que rodeen el cuello y limiten la movilidad.
4. Material duradero y color llamativo: Opta por materiales resistentes y colores llamativos para una mayor durabilidad y visibilidad en el agua.
¿CUÁLES SON LOS FLOTADORES MÁS CONVENIENTES PARA UN/A NIÑO/A?
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Chalecos salvavidas: Recomendados, siempre
deben estar certificados por alguna autoridad como DIRECTAMAR (Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante). Además, deben incluir soporte para cabeza y cuello con amarre en ingle,
ideales para deportes acuáticos.
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Alitas: No recomendadas. Solo bajo supervisión en clases de natación, ya que proporcionan apoyo en brazos, pero requieren precaución con posibles deslizamientos o pinchazos, entregando una falsa sensación de seguridad.
- Tubos flotantes de espuma: También para clases de natación, útiles para niños mayores con confianza en el agua, pues ofrecen un soporte ligero.
¿CÓMO DEBEMOS ACTUAR EN CASO DE AHOGAMIENTO?
Los especialistas indican una serie de acciones que detallamos:
Mantén la calma: Es crucial mantener la calma para tomar decisiones efectivas.
Pedir ayuda: Grita pidiendo ayuda y llama a servicios de emergencia.
Saca al niño del agua: Si es seguro, retira al niño, colócalo en una superficie plana y seca, y verifica su respiración.
Inicia RCP: Si no respira, inicia la
RCP con 2 insuflaciones (soplar aire a los pulmones a través de la boca o de la nariz, o de ambas a la vez, como ocurre en los niños pequeños) y 30 compresiones. No estimules el vómito
. Continúa hasta que llegue el equipo de rescate o se reinicie la respiración. En el caso de recuperar conciencia, lateralizar.
Recuerda, la enseñanza temprana de habilidades acuáticas y el uso de flotadores son importantes, pero nada reemplaza a la supervisión por parte de un adulto. Los flotadores son herramientas/juguetes de flotación, no sustitutos, y junto con otras medidas de seguridad (como rejas en piscinas), aseguraremos un verano feliz y seguro para nuestros seres queridos.
Cuidemos de ellos.