Hace poco más de un año, la pequeña Javiera Cifuentes cayó a la piscina de su casa sufriendo asfixia por inmersión. La rápida acción de sus vecinos y la pronta llegada de Rescate de Clínica Las Condes lograron salvarla y que quedara sin secuelas de ningún tipo.
Bernardita Cabeza venía de vuelta de su trabajo ese viernes 22 de septiembre de 2017 cuando recibió una llamada que la dejó helada. Su hija Javiera, de apenas 1 año y 8 meses de edad había sido encontrada flotando en la piscina de su casa en Chicureo y un vecino le estaba realizando
compresiones torácicas mientras esperaban la llegada de la ambulancia de Rescate de Clínica Las Condes.
“Estaba como a 10 minutos de mi casa y se me hicieron eternos. Llegué casi justo con la ambulancia y partí con la Javiera
al Servicio de Urgencia de Clínica Las Condes en Chicureo”, recuerda Bernardita.
El accidente
Minutos antes de esa llamada, la nana de Bernardita, al encontrar a Javiera flotando en la piscina, la había sacado rápidamente y había recorrido hacia la calle con ella en brazos en busca de ayuda de los vecinos.
“Yo siempre le había dicho a mi nana que en caso de una emergencia saliera corriendo a pedir ayuda, porque mi hija tiene
epilepsia, pero nunca pensando en algo como esto. Por suerte así lo hizo y en ese momento se encontró con un vecino que tenía conocimientos de
primeros auxilios y empezó a hacerle reanimación ahí mismo en la calle, porque la Javiera estaba sin signos vitales. Así estuvo hasta que de pronto recuperó la conciencia, vomitó, lloró, pero estaba muy mal. Por suerte, en paralelo, otra vecina ya había llamado a la ambulancia y venía en camino.
Cuando la ambulancia llegó trasladaron de inmediato a la Javiera a
Urgencia de Chicureo mientras le hacían todo tipo de procedimientos para estabilizarla. Ahí,
el doctor Luis Herrada, jefe de Rescate, nos explicó que la situación era muy grave y que era necesario llevarla a la clínica en Estoril.
No tengo muchos recuerdos claros de lo que pasó cuando llegamos allá. Obviamente yo estaba en shock y por los daños que tenía en los pulmones y otros órganos como el hígado, se cree que la Javiera estuvo unos 3 a 5 minutos en el agua.
Fue necesario inducirle un coma y así estuvo durante cinco días para que los órganos se pudieran recuperar y lograra respirar nuevamente por sí sola. Sin embargo, los doctores nos dijeron que seguía con riesgo vital y que había que esperar a que despertara para confirmar si había o no
algún daño neurológico.
Al quinto día los pulmones reaccionaron mejor y fue posible sacarla del coma y ponerle un dispositivo de soporte que la ayudara a respirar mejor”.
Buenas noticias
Lograr que los pulmones volvieran a funcionar por sí mismos sin duda fue una excelente noticia para los papás de Javiera, sin embargo, todavía era necesario confirmar si había alguna secuela neurológica debido al accidente.
“Después del miedo del día del accidente, nuestro mayor temor era el examen que le harían cuando despertara para ver si había algún daño de otro tipo. Afortunadamente, en la resonancia cerebral salió que todo estaba normal y que no había daño neurológico.
Habían sido los días más terribles, así que fue muy impactante cuando finalmente la dieron de alta sin ninguna secuela después de lo mal que había estado.
Nos han dicho que lo que salvó a Javiera, además de la rápida acción de la clínica, fue el hecho de que le hubieran realizado la reanimación de inmediato. Eso fue fundamental. De hecho, ha pasado más de un año desde el accidente y yo ya he realizado como tres cursos de reanimación.
Unidad de rescate
Clínica Las Condes cuenta con una Unidad de Rescate disponible las 24 horas del día, los 365 días del año. Solo debes llamar al 226107777.
Lecciones aprendidas
El único consejo que podría dar es que nunca hay que pensar que a uno no le va a pasar. Simplemente no se pueden dejar solos a los niños de edad. Obviamente que todas las medidas de seguridad son necesarias, pero no se puede confiar en nada. Ese fue el principal gran cambio que hicimos después del accidente”.
Prevenir y actuar a tiempo
El doctor Luis Herrada, jefe de Rescate y del Servicio de Urgencia de Clínica Las Condes, cuenta que Javiera llegó con un cuadro de síndrome de distress respiratorio agudo debido a la acumulación de líquido en los pulmones, por lo que fue trasladada desde Chicureo al Servicio de Urgencia de Estoril.
“El tratamiento inicial en estos casos es de soporte e implica apoyar la función de órganos vitales con equipos médicos, hasta que la función es recuperada satisfactoriamente, lo que puede suceder en horas o días”, explica el doctor Herrada.
El especialista agrega que la asfixia por inmersión es una enfermedad de mal pronóstico, por lo que la prevención es lo más importante. En este sentido, la supervisión de un adulto es la forma más efectiva de prevenir accidentes en las piscinas, sumado a la utilización de otros dispositivos de barrera que existen en el mercado.
“Una vez que el accidente ha sucedido, saber dónde llamar (¿Cuál es la ambulancia de rescate avanzada más cercana a mi casa?) y estar entrenado en reanimación cardiopulmonar incide directamente en el pronóstico y en la evolución posterior. En el caso de Javiera se dieron ambas situaciones, lo que le permitió estar hoy con sus padres y en perfectas condiciones para seguir su vida”.