Astillas
Molestas y dolorosas, por lo general clavarse una astilla no reviste mayor gravedad, aunque es preferible extraerla para evitar una infección y, además, evitar que crezca piel sobre ella y dificulte aún más sacarla.
¿Estás de vacaciones y te entierras una astilla?
Si es posible, averigua qué se clavó, ya que puede ser una astilla o bien una esquirla de metal o un trozo de cristal. También es posible enterrarse púas de animales o espinas de plantas o cactus. Saber qué se ha clavado puede ayudar a extraerlo.
Luego, intenta no tocar o apretar impulsivamente la astilla, ya que tirar de ella o hurgar en el pinchazo podría romperla y dificultar su extracción.
Si puedes, consigue una lupa o algo similar para mirar bien la astilla y ver la forma en la que se incrustó en la piel. Luego de identificar de qué se trata, lava la zona con agua y jabón. También te puedes rociar alcohol en la zona donde está clavada.
Ten presente que si le pides ayuda a otra persona, ésta también debe lavarse las manos.
Sacar la astilla
- En caso de que parte de la astilla pueda ser “agarrada”, usa una pinza bien esterilizada (con alcohol o dejarla 15 m. en agua hirviendo) y retirarla lentamente. En caso de que salga, hay que lavar toda la zona con agua y jabón y, de ser necesario, tapar el agujero con una banda adhesiva.
- En caso de que la astilla esté totalmente hundida hay dos posibilidades:
- Hielo en la zona afectada. El hielo desinflama y si se aplica en la zona donde está la astilla, existe la posibilidad de que la “puntita” aparezca.
- Utilizar una aguja esterilizada para “abrir camino” en la piel y así poder extraerla con una pinza.
Hay sospecha de infección: enrojecimiento, dolor, piel caliente o pus. La astilla puede dejar pequeños fragmentos dentro y provocar una infección.
Si la astilla está clavada muy profundamente o sangra mucho.