Las bajas temperaturas reducen el diámetro de los vasos sanguíneos y aumenta la presión arterial.
"Con el frío se produce una vasoconstricción que reduce el diámetro de los vasos sanguíneos, con lo que
aumenta la presión arterial. Además, se produce un aumento de catecolaminas, hormonas que también
elevan la presión y la frecuencia cardíaca", explica el
doctor Fernando Florenzano, jefe del Departamento de Cardiología de Clínica Las Condes.
Así, por cada grado Celsius menos, se estima que se eleva en 2% la probabilidad de sufrir un ataque el corazón. La relación porcentual es el resultado de un reciente estudio del London School of Hygiene & Tropical Medicine del Reino Unido, que estudió a 84 mil pacientes hospitalizados por infartos cardíacos entre 2003 y 2006 en Inglaterra y Gales y que estableció que durante los 28 días posteriores a
la baja de 1º C de la temperatura media diaria se asocia a un incremento en el riesgo de los infartos.
Durante las bajas temperaturas, además,
disminuye la práctica de actividad física, las personas ingieren una dieta más rica en calorías y grasas y aumenta la incidencia de enfermedades respiratorias.
"Las infecciones respiratorias generan
inflamaciones que afectan al árbol vascular. Esto puede erosionar la pared interna de los vasos sanguíneos, generando la formación de coágulos que los obstruyen", agrega el doctor Florenzano.