Las facultades de la fruta para reducir el riesgo de cáncer de mama
02 de junio, 2016
·Alimentación saludable
Según estudio internacional, comer fruta en la adolescencia puede reducir el riesgo de cáncer de mama. Por eso, mientras más jóvenes comiencen, mejor.
Las personas que consumen más productos frescos y evitan la carne roja y procesada, por ejemplo, pueden disminuir el riesgo de desarrollar un cáncer, por lo que comenzar a hacerlo más joven es mucho mejor.
Así lo señala una investigadora del Hospital General de Massachusetts, que estudió cómo la dieta durante la adolescencia puede afectar el riesgo de cáncer y encontraron que quienes comían casi tres porciones de fruta al día, en promedio, tenían un riesgo 25% menor de desarrollar cáncer de mama que aquellas que comieron la mitad de una porción de fruta.
Maryam Farvid, líder del estudio, señaló que las manzanas, plátanos y uvas se asociaron con la mayor reducción del riesgo, gracias a que tienen fibra y además flavonoides, que actúan como antioxidantes para combatir el daño celular que puede causar el crecimiento anormal. La col rizada (repollo) y las naranjas son ricas en vitamina C, otro antioxidante.
Los resultados subrayan la importancia de comer la fruta entera, en lugar de en jugos, porque de esta manera no pierden la fibra.
La doctora Laura Itriago, oncóloga y directora de la Unidad de Prevención del Cáncer de Clínica Las Condes, dice que la dieta es uno de los elementos que puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer, pero no hay que olvidar que esta enfermedad es multifactorial. Comer frutas y verduras y mantener una dieta rica en fibras es saludable y ojalá sea un hábito desde muy temprano en la vida de las personas.
“Lo ideal es que 2/3 de su plato de comida deben ser vegetales, verduras o granos y 1/3 de proteínas (de preferencia carnes blancas como pollo, pavo, pescado). Se debe evitar el azúcar, limitar el consumo de carnes rojas (vacuno, cerdo, cordero) y también comidas muy calóricas o ahumadas. El consumo de alcohol también debe ser limitado”, dice la doctora Itriago.