Gracias a modernos equipos, Clínica Las Condes ofrece un control completo y exhaustivo de lunares que permite detectar en forma precoz cualquier signo de anomalía.
Los lunares son un signo de belleza y seducción. Actrices y modelos se han hecho famosas por poseerlos. Sin embargo, y más allá de lo meramente estético, los lunares requieren un cuidado y atención especial, ya que cualquier cambio repentino en su color, forma o tamaño, puede ser el indicio de un potencial riesgo para la salud.
“Los lunares son tumores benignos de la piel, derivados de unas células llamadas melanocitos, que la dan su color característico. En su mayoría están determinados por un componente genético, pero el ambiente también es relevante, ya que se observan con mayor frecuencia en personas que han tomado mucho sol a lo largo de su vida”, sostienen los especialistas.
Es normal que con el tiempo aparezcan lunares nuevos o que los existentes vayan cambiando en forma progresiva; lo importante es que éstos no se vuelvan malignos y de ahí la relevancia de su control regular. “Los lunares pueden ir creciendo proporcionalmente en los niños, y en los adultos ir perdiendo pigmentación o levantándose levemente; pero todos son cambios graduales. En ese sentido, existe un parámetro muy útil que es el ABCDE de los lunares: asimetría, bordes, color, diámetro y evolución, donde cualquier cambio repentino que se produzca puede ser el aviso de un melanoma maligno o cáncer a la piel”, agregan los doctores.
Cabe destacar que mientras más lunares tengan una persona -especialmente si estos tienen características poco comunes- mayor es el riesgo de que se malignicen en el tiempo. De igual manera, las personas que tienen antecedentes familiares o personales de cáncer a la piel, también forman parte de la población de más riesgo.
Mapeo Digital de Lunares
¿Cómo hacer, entonces, para detectar a tiempo un lunar peligroso? Según los doctores el autoexamen del paciente y el control periódico con un especialista, son fundamentales para el diagnóstico precoz. “Es importante que cada persona conozca sus lunares y se ayude con espejos para visualizar los que se encuentran en zonas más difíciles de observar, como por ejemplo, la espalda o la planta de los pies. La frecuencia del autoexamen depende del grado de riesgo de desarrollar un melanoma. De esta forma, si encuentra algo alterado es importante consultar a la brevedad; y si no, controlarse en forma regular con un dermatólogo”.
Precisamente, en relación a lo anterior, las nuevas tecnologías favorecen un análisis más riguroso de los lunares -al detectar posibles cambios con mayor precisión-, en especial en aquellas personas que se deben chequear en forma periódica.
“La Unidad de Dermatología de Clínica Las Condes cuenta con un avanzado equipo de Mapeo Digital de Lunares, donde mediante una serie de fotografías digitales de distintos segmentos del cuerpo -tomadas en condiciones estándares de luz, distancia y fondo- puede efectuarse una exhaustiva comparación en el tiempo. Así, cuando un lunar se observa distinto, puede recurrirse al mapeo del año anterior y comparar su registro. Este procedimiento no sirve para hacer un diagnóstico propiamente tal, sino para ver la evolución de un paciente en el tiempo, lo cual resulta de gran utilidad en personas con antecedentes familiares de melanomas o que presentan múltiples lunares atípicos”, advierten los profesionales.
Otras tecnologías disponibles en la clínica, como la Dermatoscopía (lupa con luz especial que permite observar estructuras del lunar invisibles al ojo humano) y el análisis de lunares mediante softwares especializados (mole analizer), son también tremendamente útiles para orientar un diagnóstico precoz. Sin embargo, el Microscopio Láser Confocal, constituyó un verdadero hito gracias a la confianza y seguridad a la hora de entregar un diagnóstico.
“Este microscopio permite visualizar la estructura celular de un lunar y, de esa manera, decidir con más información la necesidad real de extirparlo para su estudio (biopsia). Es decir, su función no es reemplazar la biopsia, pero sí ayudar a evitar una cuando es innecesaria. Al entregar una información más acabada, también permite elegir mejor el tratamiento a seguir”, comentan los dermatólogos.
Importante:
- El pronóstico de una persona que presenta un cáncer de piel depende fundamentalmente del momento en que se realiza el diagnóstico. Si un melanoma se identifica en forma precoz, el pronóstico por lo general es bueno; por el contrario, si se detecta en forma tardía, la posibilidad de que el tumor maligno sea profundo es mayor, lo que eleva el riesgo de que haya ocurrido una diseminación a los ganglios y a otros órganos (metástasis).
- El tratamiento de un lunar maligno depende de qué tan avanzado esté. Si es incipiente, en general, basta con la extirpación de la lesión. En casos avanzados se debe recurrir a cirugías mayores -que pueden incluir a los ganglios u otros órganos- y ocasionalmente a la realización de quimioterapia o radioterapia.
- Los principales factores que se asocian con mayor riesgo de tener un lunar maligno son antecedentes personales o familiares de melanoma, alto número de lunares, exposición solar excesiva (especialmente quemaduras solares intensas ocasionales), y color de piel y ojos claros (sobre todo, el fototipo de los pelirrojos). Las personas con estas características deben ser especialmente cuidadosas.
- Como medidas de prevención, además del autoexamen y control rutinario, es importante no exponer los lunares al sol (con la ayuda de sombreros, ropa UV o factor de protección solar).