Deja el sedentarismo y tu cerebro lo agradecerá
29 de noviembre, 2016
·Adultos
El ejercicio está vinculado a sensaciones de bienestar físico y emocional, además de afectar positivamente la memoria, entre otros.
El
ejercicio moderado tiene beneficios que van más allá de mejorar el estado físico, sino que llevan a una mejor calidad de vida, impactando directamente en el cerebro. “Se ha demostrado que si una persona con ansiedad asociada a factores externos se ejercita, su ansiedad disminuye prácticamente a la mitad”, señala el doctor
Patricio Venegas, cardiólogo clínico y deportólogo de
Clínica Las Condes..
Desde el punto de vista neurológico, la actividad física tiene efectos positivos sobre la cognición, la memoria, el ánimo y la capacidad de atención, entre otros, beneficios que se producen tanto en personas sanas, como en pacientes con enfermedades, incluso degenerativas como
Alzheimer y Parkinson.
No obstante, tampoco debes exagerar. El
ejercicio estresa al cuerpo y al sobreexigirse puedes aumentar los niveles de angustia mental y emocional, causando el efecto contrario.
El ejercicio de intensidad moderada y constante en el tiempo, equivale a una dosis básica de ansiolítico. Los ejercicios cardiovasculares de baja y moderada intensidad como caminatas, trote suave y bicicleta son ideales para este fin. Yoga y pilates también, pues incorporan la meditación y la relajación, ayudando a disminuir la carga de estrés.
El doctor Venegas recalca que “el mayor salto cualitativo se da cuando se pasa del sedentarismo al movimiento moderado”, asegurando un resultado positivo para el paciente en el corto plazo. Incluso, inmediatamente después de la actividad física ya puede experimentarse una sensación de bienestar anímico.