Conoces los factores de riesgo que afectan la salud cardiovascular.
La segunda causa de muerte en Chile son las
enfermedades cardiovasculares y, lamentablemente, los
factores de riesgo hoy se pueden encontrar tanto en personas mayores como en jóvenes. Es que hace 40 años las
enfermedades del corazón eran consideradas propias de la tercera edad, pero en la actualidad se estima que un
20% de la población puede tener un problema cardiovascular después de los 20 años, afectando por igual a hombres y mujeres.
¿La razón? Los jóvenes están más expuestos a factores como la
obesidad,
hipertensión y
tabaquismo, además del consumo de drogas como la cocaína -que hace que las arterias coronarias se contraigan y a situaciones de mucho estrés. Según el
doctor Andrés Ibarra, cardiólogo CLC, estos factores tienen un reconocimiento insuficiente y, por ende, se subestima el riesgo. “Las consecuencias psicológicas, físicas y socioeconómicas de un infarto pueden ser devastadoras en los jóvenes. Entendamos que un porcentaje de estos jóvenes ya son proveedores y tienen familia y un trabajo que cuidar”, enfatiza el especialista. El tiempo es clave para reaccionar ante un
infarto y reconocer las señales permite acceder a un tratamiento adecuado. Un infarto es la muerte de una parte del músculo del corazón debido a la obstrucción de sus arterias. Con ello, el flujo sanguíneo se detiene y el tejido cardíaco muere al no recibir oxígeno.
Factores de riesgo
- Diabetes: mantener un nivel elevado de azúcar en la sangre produce una serie de alteraciones metabólicas.
- Resistencia a la insulina: se produce cuando el nivel de azúcar en la sangre se mantiene en rangos discretamente elevados gracias a un exceso de liberación de insulina. Está muy asociado al sobrepeso y obesidad.
- Tabaco: el cigarrillo favorece a la aparición de enfermedades pulmonares y es tremendamente dañino con el sistema vascular.
- Sobrepeso y obesidad: se asocia con alteraciones del colesterol e hipertensión arterial.
- Sedentarismo: la falta de actividad física es nociva para la salud cardiovascular.
- Estrés psicológico: los trastornos del ánimo y estados depresivos contribuyen a desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Genética: la herencia predispone a los jóvenes a sufrir enfermedades cardiovasculares.
La importancia de los hábitos saludables
Las
enfermedades cardiovasculares son un grupo de trastornos del
corazón y de los vasos sanguíneos, entre los que se destacan la
enfermedad arterial coronaria y la
enfermedad arterial periférica, cuyo origen es la acumulación de depósitos de grasa dentro de las arterias o la aterosclerosis. Lo anterior limita el flujo de sangre al corazón, cerebro o extremidades, ocasionando infartos al corazón o cerebrales. Estas enfermedades se encuentran ligadas a malos hábitos y factores de riesgo como presión arterial alta, colesterol elevado, obesidad, diabetes, sedentarismo y tabaquismo.
“Si bien es cierto que algunos factores se transmiten de padres a hijos, un porcentaje importante de otras causas como
inactividad física y
sobrepeso se pueden controlar durante la infancia y así evitar o disminuir el riesgo de sufrir
enfermedades del corazón en la vida adulta. En este sentido, es fundamental el apoyo y el compromiso de los padres a la hora de inculcar
hábitos saludables a sus hijos”, explica el especialista. “También es importante hablar sobre
los malos efectos del cigarrillo. Se debe educar con el ejemplo y elogiar a aquellos adolescentes que no fuman e incentivar el deporte y la
actividad física desde que son chicos.
El hábito de fumar es la causa más evitable. Si el índice de tabaquismo entre los adolescentes no disminuye, cinco millones de ellos morirán. Algo parecido sucede con la
obesidad. En los niños es peligrosa porque las células grasas que adquirimos en la niñez permanecen en el organismo al llegar a la edad adulta. Los niños obesos pueden tener cinco veces el número de células grasas que los niños de peso normal. Las dietas en la edad adulta pueden disminuir el tamaño de las células grasas, pero no la cantidad”, agrega.
Como la obesidad infantil es difícil de controlar, lo mejor es
apoyarse en un equipo multidisciplinario con un programa que incluya un plan de dieta y ejercicios con objetivos razonables de adelgazamiento. Tomar conciencia de lo descrito podría influir directamente en las cifras y disminuir los casos de muerte por enfermedades cardiovasculares en jóvenes.
Es por esto que debemos tener en cuenta que las
actividades aeróbicas emplean los grupos musculares del cuerpo y ayudan a
fortalecer el corazón y los pulmones. Los niños activos generalmente se convierten en adultos activos, lo que está demostrado que previene enfermedades cardiovasculares.
Mejorar el estilo de vida empieza por el
cambio de hábitos, pero que sean fáciles de lograr: retomar la
actividad física olvidada, marcar objetivos realistas, hacer una lista de los alimentos que no aportan nutrientes y abandonar los excesos.